Desde Vigo nos llega la crónica de la visita de la banda vasca Quaoar a la ciudad gallega el día 19 de junio, acompañado el combo de Bilbao por el grupo local Hijos de la Sal.

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El pasado viernes 19 de junio nos trajo la segunda visita a Vigo de los bilbaínos Quaoar, presentando en esta ocasión su nuevo disco "Dreamers. Dreaming", uno de los más aclamados del año en el panorama nacional. Fueron acompañados por los locales Hijos de la Sal, que se encuentran promocionando su primer disco "El centro de la tierra".

Pasaban ya 20 minutos de la medianoche cuando Quaoar se subieron a escena. Hora inusual para comenzar un concierto y que quizás le restó algo de público, dado que poco más de 20 personas acudimos esa noche. A ellos no pareció importarles demasiado este hecho y comenzaron una actuación repleta de energía con "Chatterbox", uno de los temas más rockeros de su nuevo disco. Con un sonido lo suficientemente bueno para distinguir todo sin problemas, Quaoar brillaron desde el primer momento. Todo el grupo tiene un nivel técnico altísimo, y es que si en disco ya transmiten una energía muy difícil de conseguir, en directo son un ciclón comandado por la voz de Íñigo. De hecho, durante el concierto, la comparación con Myles Kennedy me vino varias veces a la cabeza.

Tras un pequeño problema en este primer tema con la guitarra acústica, su actuación seguiría ya sin más incidencias hasta el final. Siguieron con "Memento mori" de su anterior disco "The river & The soul" para alegría de los que esperábamos material más antiguo, con una entrega total por parte de la banda y varias personas del público sumándose a cantarla.

Bajaba un poco el ritmo con "Childish true love", un medio tempo que va creciendo en intensidad y el único tema del setlist por debajo de los 5 minutos.

Llegaba ahora la parte álgida del concierto con los temas más destacados de su nuevo disco. Comenzando por una "A big hole" atronadora seguida por "Tough guy", el single de este "Dreamers. Dreaming" y uno de los temas más aclamados.

Quedaban 4 temas, y todos ellos de larga duración, superando los 7 minutos, donde Quaoar demuestran realmente su potencial, en estructuras que mezclan el rock más clásico con influencias progresivas.

El primero de ellos fue "Home", que cierra su nuevo disco. Se trata de otro medio tempo con un solo central que en directo pone los pelos de punta y unos juegos de voces con los coros que interpretaron a la perfección. Pero el tema más destacado sería "Goodbye", de los temas más emotivos de "Dreamers. Dreaming", con un estribillo tremendo y que justifica por sí solo el pagar una entrada para verlos. Espectacular el break central seguido por un larguísimo solo y terminado en otro estribillo donde Íñigo se deja todo.

"Go to Momo" nos devolvía a la realidad y a los temas más rockeros antes de cerrar con otra visita a "The river & The soul", esta vez "My anger runs" un tema donde muestran incluso ciertas influencias de Opeth.

Excelente concierto de Quaoar. Se echó de menos más afluencia de público y más tiempo de actuación, dado que no hubo ni un sólo tema de su primer disco "Man't". Muchos seguimos sin entender que el concierto haya empezado tan tarde. Cosas de la sala. Al grupo poco más le podemos pedir, que vuelvan cuando quieran.

Pasaban ya bastantes minutos de la 1 de la madrugada y todavía quedaban Hijos de la sal, en una planificación del concierto bastante errónea en mi opinión. Sin desmerecer para nada a los locales, la gran mayoría del público estábamos allí por Quaoar. Poner tan tarde a un grupo de la ciudad que además práctica un rock alternativo totalmente distinto al estilo de los vascos no podía traer nada bueno, y así fue. Cuando Hijos de la sal comenzaron su actuación apenas diez personas quedábamos en la sala.

El setlist consistió en la interpretación de "El centro de la tierra" casi por completo, con temas como el homónimo, o algunos de los más destacados del concierto, "Mi sed" y "Precipicio", con un estilo más punk. Con el single "De sal y tiempo" cerraban una actuación de algo menos de una hora que en general, no llegó a convencer a un público que venía de un estilo muy diferente.

No obstante, el grupo lo dio todo animando a los presentes e intentando divertirnos, con un vocalista especialmente enérgico gritándonos a través de un megáfono, poniéndose máscaras o colgándose del techo de la sala. Seguramente habrían convencido a un público más afín a su estilo pero, sencillamente, la gran mayoría del público que había en La Iguana esa noche no era el suyo.

Crónica y fotos: JairoDC