El pasado 5 de diciembre la sala La [2] de Barcelona recibió la gira de Swallow the Sun, una cita en la que la banda finlandesa estuvo acompañada por Adimiron y Wolfheart y que nuestra redactora Xell no quiso perderse.

Esta es la crónica y fotos de la noche.

 

 

Cinco años. Cinco largos años es lo que hemos tenido que esperar para que Swallow the Sun hayan pisado de nuevo territorio peninsular. Afortunadamente, los finlandeses han sacado un nuevo álbum (¡triple!) de aúpa y no han querido perder la oportunidad de presentárnoslo. Y después de lo acontecido este pasado sábado en la pequeña de las sala Apolo, os aseguro que o la espera ha valido la pena. Y mucho.

Para abrir la velada e ir caldeando el ambiente, contábamos con la actuación de la banda Adimiron. El show de los italianos estuvo algo accidentado en cuanto a sonido y no pareció hacer mella en el escaso público que había en la sala (ya se sabe, esa costumbre que tienen la mayoría de los españoles de pasar bastante de los teloneros). Cabe decir que seguramente fuera por no llevar ni a su cantante habitual ni tampoco al bajista. Y si bien la bajista suplente, Cecilia Nappo, resultó ser una crack, no puedo decir lo mismo de Giuseppe di Giorgio. Si bien se defiende bastante sobre las tablas, la voz de Andrea tiene más carisma y esto ensombreció el espectáculo. Además, la técnica y destreza de la banda parecía algo descompensada. Si bien el segundo guitarra era bastante bueno en las cuerdas, el guitarra solista carecía de buen hacer y supuso alguna que otra cómica situación. Show corto y bastante centrado en su último álbum Timelapse, me dejaron con las ganas de ver de qué son capaces con su formación habitual.

Lo que vino a continuación ya fue otro cantar. Si os nombro a Wolfheart es posible que no os suenen, pero difícilmente no habréis escuchando con anterioridad el nombre de su líder. Tuomas Saukkonen es probablemente el músico más activo y prolífico de Finlandia. Alma mater de grupos como Before the Dawn, Black Sun Aeon o Dawn of Solace, fundó Wolfheart a modo de proyecto en solitario después de decidir disolver todas sus bandas. Dos años después, ya tienen dos discos en el mercado y ningún fan defraudado. Y es que todos acabaron el concierto de los finlandeses con una sonrisa de oreja a oreja y eso que el sonido tampoco fue nada del otro mundo en esta ocasión. O al menos en las primeras filas el público lo estaba dando todo en todo momento.

Fue curioso ver como fue el bajista el encargado de dirigirse al público (y darnos las gracias una y otra vez) y no el propio Tuomas, que permaneció solemne en el centro del escenario y algo estático. El repertorio estuvo algo descompensado, tocando más temas del álbum debut que de su último disco Shadow World. Al menos de este último tocarían “Zero Gravity”, la joya de la corona de este redondo. En definitiva fueron unos 45 minutos de death metal melódico a la finesa, que supieron dejar muy buen sabor de boca a los fans acérrimos de Tuomas, pero quizás les supo a poco a los recién llegados.

De la mano de “Womb of Winter”, tema instrumental que abre la segunda parte de Songs from the North, Swallow the Sun entrarían a escena. Una pena que dicha canción fuera lanzada en sampler y no interpretada por Aleksi Munter, pues habría sido una gozada. Probablemente uno de los temas instrumentales más bonitos que jamás se hayan creado. ¡Menuda forma de empezar el concierto! La serenidad del piano duró poco y los finlandeses lanzaron la artillería pesada de su último trabajo. “10 Silver Bullets” fue la primera en demostrarnos lo bien que suenan los temas de Songs from the North en directo. Mikko ha mejorado notablemente su presencia encima del escenario, mucho más seguro de sí mismo que la última vez que nos visitaron y se arrancó sin dudar con “Room&Shadows”. Conectaron desde el principio con el público barcelonés, el cuál respondía entre aplausos y ovaciones. El sonido siguió haciendo mella, especialmente en la guitarra de Juha, que hasta muy entrado el concierto a ratos era imposible de distinguirla.

Hubo tiempo para mirar atrás, empezando con “Hate, Lead the Way!”, donde Mikko hace gala de sus voces más blackers y “Cathedral Walls”, pero también revisitando joyas como es la homónima “Hope” y que servidora aún no había tenido el placer de ver en directo. Sin duda, una de las mejores canciones de la banda. El álbum que no rescataron fue New Moon, algo bastante extraño pero también es verdad que es un disco que ha estado siempre muy presente en los setlists de SwallowtheSun. De nuevo regresaron a su último retoño, dándonos una de cal y otra de arena tocando “Lost&Catatonic”, bastante melódica y “Abandoned by the Light”, la cual forma parte del tercer disco y más orientado al funeral doom. Lástima que a nosotros nos tocara esta en vez de “Empires of Loneliness”, tenía mucha curiosidad por ver como desarrollarían una canción tan deprimente y funerosa en directo.

Llegábamos ya a la recta final y los finlandeses se atrevieron a adoptar un formato semi acústico e interpretarnos temas de la segunda parte de Songs from the North. Antes he mencionado como Mikko había mejorado su confianza encima del escenario y fue con “The Heart of a Cold White Land” que nos demostró que por fin se cree capaz de cantar y su voz limpia sonó arrolladora. Muestra de ello fue la ovación que tuvo el público nada más terminar la primera estrofa de la canción. También interpretaron “Prays of the Winds to Come”, otra de las canciones estrellas de esta segunda parte. La banda se iba quedando sin tiempo y se reservó un par de ases para darnos el golpe final y dejarnos, sobretodo, con ganas de más. Primero tocaron “Descending Winters”, una de las canciones favoritas del público de su Ghosts of Lossy la banda tomó un color completamente distinto. Pero el cambio fue aún más notorio cuando dieron el colofón final de la mano de “Swallow (Horror ptI)”. ¿Qué sería un concierto de ellos sin su buque insignia? Es increíble la energía que desprende esta canción en directo y como ellos mismos parecen transformarse en otro grupo, especialmente Aleksi, que el día menos pensado nos rompe el teclado en medio de la actuación. Sublime Markus, que aunque pueda pasar algo desapercibido ya que no se comunica con el público, es sin duda el guitarra estrella de la banda.

Y uno de los mejores conciertos de todo el 2015 llegaba a su fin. Poco más queda decir salvo que no tengan que pasar otros cinco años para tener a estas fieras en la ciudad condal.

Crónica y fotos: Xell