El pasado jueves 30 de enero, la sala Quattro de Avilés volvió a vivir una de sus míticas noches de metal. Allí pudimos disfrutar del directo de U.D.O. y de la formación asturiana Last Days of Eden.

FelipeSM nos lo cuenta hoy acompañando sus palabras de una extensa galería de fotos.


 

Mucho se hizo de rogar para un servidor el primer concierto del año. Y es que por problemas de agenda y falta de ubicuidad me perdí grandes noches como el festival de los compañeros de Subterráneo Heavy y Diario de un Metalhead. No obstante, la música siempre está ahí dispuesta para compensar y la primera cita del año fue la visita de una leyenda como Udo Dirkschneider a Avilés, acompañado de la banda asturiana Last Days of Eden.

Siendo sinceros, acudía a la cita con temor, pues hacía ya siete largos años que no pisaba la sala Quattro y por comentarios y opiniones leídas no tenía muy claro cómo sería el sonido de la noche. Pero cuando alrededor de las nueve de la noche salía a escena Last Days of Eden, todos mis temores se calmaron, el sonido era bueno y la iluminación a la altura de la noche (un milagro para esta región).
Centrándome ya en lo musical, la formación asturiana va recogiendo poco a poco los frutos de su trabajo, tales como esta noche con U.D.O., y continúa añadiendo combustible a la mezcla. En esta ocasión la banda  se presentó con teclista, un detalle que subió un escalón el nivel de la banda. El bueno de Juantxo, a quien algunos conoceréis de Scärr, cumplió a la perfección y aportó ese toque natural que los teclados secuenciados no ofrecen.

Además de esa novedad, el grupo ofreció un show muy compacto, sostenido por esa gran base rítmica que forman Manu y Adrián, y sobreponiéndose a la tensión inicial de “The Last Stand”, supongo provocada por abrir en una noche con muchos fans potenciales. Pero este pequeño detalle no mermó su actuación, mientras caían temas como “My Last Droop” o “Lost”, el quinteto fue encontrándose cada vez más a gusto y preparado para un final que seguro convenció a más de uno. Como lo hizo la vocalista del grupo, Ani sigue creciendo sobre las tablas y el jueves estuvo aún mejor que en la final del concurso de los 40 Principales Asturias, para mi gusto le falta tan solo salir al escenario diciéndose “soy la puta ama”, perdóneseme la expresión, para terminar de despedir ese aire de diva que transmiten los grandes nombres del género.

Como decía, el momento clave de su actuación fue el final de la misma. Last Days of Eden se guardó para el final tres temas que se convirtieron en tres aciertos. En primer lugar llegó “The Piper’s Call”, un tema con aires celtas dedicado a la región asturiana y que podrían haber firmado los propios Nightwish. Tras él, el tema bandera del grupo, “Paradise”, parecía poner punto y final a su actuación, mas la banda nos sorprendió a todos. Sobre el escenario se quedó con su batería esa apisonadora llamada Manu, para preparar el inicio de “Painkiller”. Versión arriesgada de la que Ani salió airosa, lo cual no es poco cuando uno habla de este tema, y en la que vimos disfrutar como un niño a Dani G con su Ibanez blanca.
Un gran final, para un show que sin duda sirvió a la banda para ganar nuevos adeptos y demostrar el motivo de su nominación para los Premios AMAS.

Tras el buen sabor de boca dejado por Last Days of Eden, a eso de las diez y diez de la noche salía a escena U.D.O. y con los primeros acordes ponía una sonrisa en la cara de los cuatrocientos asistentes al evento. Y es que las tropas de Dirkschneider salieron con una presencia escénica de diez y un sonido a la altura de la circunstancias, potente a la par que nítido podría decirse. “Steelhammer”, “Future Land” o “Cry of a Nation” fueron preparando el terreno para que en cuanto comenzó a sonar “They Want War” el público se volcase por completo y no dejase de corear el tema. A partir de este momento, el concierto fue rodado, con una conexión perfecta entre banda y público, y los músicos disfrutando y transmitiendo buen rollo sobre las tablas, sobre todo un espectacularmente motivado Uli Köllner en el teclado.

La sorpresa “negativa” de la noche llegó con “Basta Ya”, pues muchos esperábamos la presencia de Víctor García sobre las tablas, mas eso no ocurrió y Udo interpretó el tema en un germanizado castellano, bien apoyado por los coros del resto de la banda. Pero el “disgusto” se nos pasaría cuando Kasperi Heikkinen quedó solo sobre las tablas para abrir “In The Darkness”. Solo de guitarra que tuvo continuación apenas tres temas más tarde, cuando tras “Mean Machine” primero Kasperi y después Andrey Smirnov seguían sumando puntos al recital que estaban ofreciendo, ¡menuda dupla! A ellos se uniría Fitty Wienhold para “jugar” un poco con su bajo y dar envidia a Francesco Jovino, quien remataría este paréntesis con un solo de batería.

Después de este pequeño descanso, regresó Udo, quien se estaba marcando un concierto de los que hacen afición, más aún si tenemos en cuenta que el próximo mes de abril cumple 62 primaveras. Muchos con alguna década menos, quisieran poder mantener el nivel del vocalista alemán. Regresó para ofrecernos “Metal Machine”, “Devil’s Bite”, “Go Back To Hell” y “Timebomb”, tema con el que la banda se retira. Hasta este punto, el concierto ya rozaba el sobresaliente, pero todos sabíamos que la traca final posiblemente vendría cargada de dinamita…

Y así fue. Una intro dejó paso a “Holy” y a continuación “Metal Heart” abrió el tarro de las esencias de Accept, convirtiendo la sala Quattro en un coro unánime cuando Andrey se puso con su guitarra a jugar con el público en mitad del tema. “I’m a Rebel” desató la locura colectiva y sirvió para que la banda hiciese un amago de irse. Pero sobre el escenario se quedó Kasperi para preparar el inicio del tema más coreado de la noche, “Balls to the Wall”. “Fast as a a Shark” sirvió como broche final de una noche que quedará en la memoria de todos los asistentes. Sobresaliente rozando la matrícula de honor, dos horas de actuación convertidas en clase magistral de heavy metal.

Regresó la sala Quattro, regresó como cuentan las “leyendas”, con un ambiente de lujo (especialmente para los tiempos que corren) y dos bandas de altura sobre el escenario. Ojalá la presencia de U.D.O. sea la primera de muchas noches de altos vuelos en la mítica sala de la Villa del Adelantado.

Crónica y fotos: FelipeSM (www.smfelipe.es)