El pasado sábado día 24 las fiestas de San Mateo en Oviedo vivieron una de sus noches grandes con los asturianos Warcry siendo profetas en su tierra acompañados de la orquesta Oviedo Filarmonía. Una cita que nadie, incluidos nosotros, quiso perderse.

A continuación os dejamos la crónica y fotos de FelipeSM.

 

 

Expectación y preocupación a partes iguales rodeaban el concierto de Warcry en las fiestas ovetenses de San Mateo. Expectación porque iba a ser un concierto muy especial, con el grupo acompañado por la Oviedo Filarmonía y el director Miguel Navarro repasando sus ocho discos de estudio en una hora y media que a la postre resultaría insuficiente para todos los fans.
Preocupación por la estúpida obsesión con la seguridad que se ha apoderado de algunos sectores en busca de rédito político y llevó a las fuerzas de seguridad a cerrar los accesos a la plaza durante alguna noche. Una medida sorprendente, por ser la primera vez en décadas de conciertos en la plaza de la catedral y más aún por el dantesco espectáculo que tenía lugar a unos metros de la plaza, en los soportales del ayuntamiento. Pero claro, siempre se me olvida que la música (y la cultura) molesta, el botellón no.

Al final, no hubo problemas en los accesos. Quizás porque la mayor parte acudimos con la antelación propia de quien quiere disfrutar de un concierto y no solo aparentar en las redes sociales. Y a eso de las 23:25 salía a escena Miguel Navarro ya con la Oviedo Filarmonía esperando. Pequeño baño de masas para el director y “Alma de Conquistador” ponía la plaza de la Catedral a cantar.
Esperábamos una noche de baladas y medios tiempos y los de Víctor García nos rompieron los esquemas nada más comenzar, ya que tras el citado tema llegó “Contra el Viento”.

Hubo muchas cosas diferentes esta noche. Comenzando por la posición de Santi y Rafa, uno a cada lado del escenario, muy cerca del público y lejos de sus posiciones de costumbre. Un cambio que yo al menos agradecí, ya era hora de poder ver a estos dos musicazos en acción sin un montón de humo envolviéndoles. El otro cambio significativo fue la presencia de la orquesta Oviedo Filarmonía. Personalmente esperaba que los temas de la banda cambiasen completamente para adaptarse al sonido de la orquesta, pero fue todo lo contrario, la orquesta se adaptó magistralmente a Warcry y funcionó como un miembro más de la banda, aportando en momentos clave pero sin resaltar sobre el resto, dejando claro que ante todo esto era un concierto de heavy metal.

El set list también fue algo diferente en esta ocasión. El grupo aprovechó para repasar toda su discografía, excepto “La Quinta Esencia” y aprovechó para rescatar algún tema que habitualmente se quedaba fuera de la convocatoria. Sin duda configurar el repertorio tuvo que ser una ardua tarea para el grupo. Acostumbrados a las dos horas (o más) de concierto, estaba claro que todos nos íbamos a quedar con ganas de más y pidiendo ciertas canciones, el público coreaba “Tu Mismo” al finalizar el show, servidor añoró “Ardo por Dentro”, algunos pedían más baladas para disfrutar de la Oviedo Filarmonía e incluso algún loco dejaba caer el nombre de “Reflejos de Sangre”…

En cuanto al nuevo formato, destacaría varios temas que lucieron por encima del resto como “La Vida en un Beso”, “Coraje”, “Cobarde”, “Keops” o “Nana” y “El Amor de una Madre”, en las que la orquesta brilló sobremanera, aunque claro, estas dos son canciones que tocadas con un ukelele y un cubo de basura como percusión seguirían siendo temazos.
Además de los citados, sonaron temas como “Nuevo Mundo”, “Aire”, “Cada Vez”, “Capitán Lawrence” o “El Más Triste Adiós”.

En cuanto a la banda, quizás podríamos pensar que con todo el tema de la orquesta el quinteto podría estar un poco despistado o preocupado porque todo fuera sobre ruedas. Pero si lo estaba no se notó en absoluto. Pablo volvió a dejar claro por qué se le considera uno de los mejores guitarristas del país y que tiene algún tic en los ojos que le impide tenerlos quietos, Rober dio una master class de lo que debería ser un bajista, como decía anteriormente fue un lujo poder ver de cerca la labor de Santi y Rafa, dos monstruos de escenario que aportan mucho a la banda. Y Víctor, estandarte de esta formación, que tiró de experiencia y tuvo al público en sus manos desde el primer tema. Quizás le vi un poco conservador en determinados momentos con su voz, como en “El Guardían de Troya”, que hizo la “13-14” con el grito final, pero cumplió con creces y posiblemente fue al que más se le vio disfrutar del momento, sonriendo constantemente.

Al final, hora y media de concierto que se nos fue en un abrir y cerrar de ojos, pero que disfrutamos como nunca, como siempre. Aún a pesar de una molesta lluvia que solo se animó a cesar una vez terminado el concierto. Pero eso dio igual, pues estoy convencido que el 90% de los que estábamos allí repetiríamos hoy mismo, con lluvia incluida.

No quiero cerrar esta crónica sin mandar un saludo a todos aquellos que en redes sociales repetían el mantra de “¿Otra vez Warcry?”. Cierto es que por desgracia sea extraño que una banda asturiana toque tan de seguido en unas fiestas locales, pero seamos realistas, cualquier otra banda del género con nivel de convocatoria para tocar en la plaza de la catedral generaría quejas de las mismas personas y a fin de cuentas, el resultado avala a Warcry, al ayuntamiento de Oviedo y a la SOF. ¿O preferimos a Norma Duval y La Pantoja?
Por mí, las fiestas de Oviedo y Gijón deberían tener un cupo mínimo de bandas asturianas. A ver si así comenzábamos a valorar un poco lo que tenemos en casa.

Crónica y fotos: FelipeSMwww.smfelipe.es