El pasado viernes día 25 de mayo la sala Siroco de Madrid acogió el directo de 51 Grados y Ruta 57 presentando sus discos "Destino" y "1995" y nosotros no nos lo quisimos perder.

¡Aquí os dejamos la crónica de la noche!

 

 

51 Grados es un grupo especial para mí. Los conocí hace algo más de dos años en mi debut en esta web. Aunque reconozco que no iba a verles a ellos. Pero su fuerza sobre el escenario y sus composiciones me convencieron de que estaba ante un grupo que merecía mucho la pena. Así que, cuando se me ha ofrecido la oportunidad de volver a verles, no lo dudé. Además, en este caso podría estar ante un caso parecido. Y es que tocaban con otro grupo al que no conocía: Ruta 57.

 

La madrileña sala Siroco estaba… vacía cuando llegué. Tampoco fue mejor quince minutos después, cuando los chicos liderados por Carlos González comenzaron a presentar “Destino” su última obra. ¿Cómo defines la música que hacen estos chicos? Para mí lo voy a dejar en ese adjetivo que vale para todo lo incalificable: rock alternativo. Supongo que ya sabéis de lo que hablo. Con muchísimos problemas de acoples en su primer tema “Redentor”, que se solucionaron enseguida, el grupo dio todo de sí. En especial el propio Carlos que andaba con problemas de garganta, pero que defendió su posición vocal con maestría y sin desmerecer. Además, como él dijo, esa noche se sentía “hablarín” y fue explicando varios de los temas que iban tocando. También me gusta el protagonismo de Rodrigo, su batería, que disfruta de asomarse detrás o por encima de la batería como si estuviera pasando lista desde su posición de vigía. O Iván, que jugaba con todos esos botones que tienen sus múltiples pedaleras, para proporcionar efectos de sonido y que el directo se enriqueciera aún más (en “Faro” principalmente). Pero si algo es cierto en 51 Grados, es que después de un concierto, entiendes mejor su disco. Lo único que eché de menos fue algo más de participación con el público. No obstante disfrutamos de un concierto, porque es imposible no disfrutar con un grupo como 51 Grados. Por cierto, muy original la despedida del grupo. Pero tampoco voy a desvelar aquí todo.

Antes de pasar a Ruta 57, quiero destacar de nuevo la portada de “Destino”, que incluso fue nominada por esta web como mejor portada del 2017.

Como decía, era otra noche para conocer a otro grupo, como hiciera hace dos años y pico. En este caso Ruta 57, venía a terminar la gira de presentación de su primer trabajo de nombre “1995”. En este caso, el grupo hace rock, plagado de potentísimos solos de guitarra, y con muchos guiños a sonidos funky. El concierto sonó bastante bien, con un Héctor Trujillo, que hacía lo imposible para que el pequeño grupito de personas que allí quedábamos, saltara o le ayudara a cantar “Sin Rumbo”. En lo personal, Héctor aporta una voz muy limpia y clara que permite la perfecta comprensión y que, a lo mejor me equivoco, pero en ocasiones me recordaba a Javier Gurruchaga. Además, nos dejaron escuchar una nueva composición de título “Diez” y que esperemos que esté en el próximo disco, aunque se notó que le falta rodaje al tema. Me pareció una apuesta original y atrevida y que espero seguir teniendo noticias suyas en un futuro.

Un apunte personal. No sé de quién es la responsabilidad de la máquina de humo, pero se agradece que no apareciera en ningún momento (la máquina, no el responsable).

Es digno de ver estos grupos a los que se les nota ese brillo de ilusión en los ojos en cualquier concierto. Sea ante dos mil personas o ante treinta. Y sólo por eso, merece la pena cubrir estos directos de grupos pequeños. Por mi parte, esta escena, tiene todo mi apoyo. Sólo falta el vuestro.

Dales una oportunidad y si no te convencen, dales otra.

 

Crónica y fotos: nonamed