Intensa noche de power metal la vivida el pasado jueves en la Sala Acapulco de Gijón, de la mano de los italianos Rhapsody Of Fire, junto a dos bandas nacionales, Atreides y Sylvania. ¿Quieres saber cómo transcurrió la noche?

 ¡No os perdáis la crónica de NachoGS!

 

Rhapsody Of Fire, capitaneados por el teclista Alex Staropoli, miembro original de los históricos Rhapsody, actuó en Gijón el pasado jueves veintiséis de septiembre. Una escasa, pero animada concurrencia, se congregó deseosa de disfrutar del power metal de la banda y creo que nadie de los presentes salió decepcionado de lo vivido en la Acapulco.

Para ir abriendo boca, dos bandas nacionales se encargaron de caldear el ambiente, los gallegos Atreides y los valencianos Sylvania.



Los jóvenes gallegos de Atreides abrían la noche pasadas las ocho y media con “Caminante” y “Penitencia”, los dos primeros cortes de su último trabajo hasta la fecha, “Neopangea”.

Sobre el escenario pudimos ver a una joven banda cargada de energía, con un Iván López al frente muy dinámico, con una voz ideal para el estilo de música que practican, heavy metal melódico con toques de power metal. Los de Vigo nos adelantaron un tema nuevo que irá incluido en su próximo disco, “Herederos de la fe”, del que han grabado un videoclip.

El concierto fue tomando una linea ascendente hasta llegar a su culmen tras la presentación de los miembros del grupo, cuando sonó “Nueva Pangea”, el tema más largo de su último trabajo, con el que se despidieron del público asturiano dejándonos buenas sensaciones.



A continuación llegaba el turno de Sylvania, la noche seguía sin cuajar en cuanto a público, así que las bandas tendrían que esforzarse al máximo, para que el ambiente no se enfriara en exceso. Sylvania salieron a defender con uñas y dientes su magnífico último trabajo “Testigos de las estrellas”. Tras la épica intro “Mare Tranquillitatis”, arrancaron con un temazo como“Sangre Sudor y Lágrimas”, a continuación “Transylvania” y un guiño al pasado con “La Princesa Prometida”, un tema muy querido entre los fans de la banda y que venía incluido en su primer disco “Lazos de Sangre”.

Alfonso Arróniz se mostró muy sólido a la voz, sin duda Alberto Tramoyeres sabía lo que hacía cuando apostó por él en su momento. Con la base rítmica cumplíendo a la perfección, en un discreto segundo plano se mantenía el alma mater de esta banda, Alberto Tramoyeres, siempre concentrado en sacar los mejores riffs de su guitarra.

En la recta final sonaron “Luna Quebrada” y el himno “Vivo en tu memoria”, con el que se despidieron dejándonos con ganas de más.



Primera vez que Rhapsody Of Fire pisaban escenarios asturianos, con el teclista Alex Staropoli como único representante de unas de las bandas más importantes del power metal en el viejo continente, Rhapsody, que tras su ruptura ha dado lugar a dos nuevas bandas, que mantienen intacta la información genética de la banda madre.

Como pudimos comprobar en Gijón, Rhapsody Of Fire tienen un directo demoledor y una parte fundamental para que brillen tanto los viejos himnos,como los temas más recientes, incluyendo su último trabajo, “The Eighth Mountain”, es el vocalista Giacomo Voli, una voz privilegiada al servicio del power metal.



A pesar de la floja entrada, el público se mostró muy animado y al cien por cien con los italianos desde el principio. Tras la intro caían, “Distan Sky” y “The legend goes on”,sin pausa el concierto iba creciendo en intensidad, hasta llegar a uno de los puntos álgidos con, “Dawn Of Victory”, brutal la cabalgada de Roberto De Micheli a la guitarra, los teclados épicos de Staropoli y toda la sala cantando el estribillo con Giacomo Voli, un momentazo sin duda, el resto de la banda la completan Lotter a la batería y Alessandro Sala al bajo.

Con la balada de su último trabajo “The wind , the rain and the moon”, nos dieron un necesario respiro. Voli se dirigió al público: “estamos en España y la vamos a hacer en español”, se quedaron en el escenario únicamente Voli y Staropoli, a los que posteriormente se les uniría el resto de la formación.



Tocaba ahora volver a meter intensidad al concierto y encarar la recta final, lo hicieron con “Rain Of Fury” y “Holy Thunderforce”, tras la cual se retiraron a camerinos para salir rápidamente a por los bises, hasta rematar la faena con una apoteósica “Emerald Sword”.

En resumen, una lección de auténtico power metal en a penas hora y media, uno de los conciertos de este año que nunca debiste perderte, ¿capichi?

Crónica y fotos: NachoGS