El pasado jueves día 21, King Sapo presentaba su primer disco en la madrileña Cool Stage. Una prometedora noche de rock setentero que nosotros no nos quisimos perder y que nonamed nos relata hoy.

 

¡No os perdáis la crónica de la velada!

 

Madrid. 21 de noviembre. 20:15. Las puertas de la sala Cool Stage están vacías. El portero me saluda, me revisa la mochila y entro. Bajo las escaleras como si me dirigiera a algún lugar clandestino y abro la puerta. Desolación. King Sapo, tiene una veintena de personas, de los cuales, casi la mitad éramos de prensa.



Me acerco a la primera fila y espero. Espero. Espero. Me giro y veo que la gente está empezando a llegar. Bien. Espero. Espero. Espero. Y a eso de las 21:15 comienza a sonar “Niño Guru” con unas tres cuartas partes de aforo cubiertas y bueno… qué puedo decir. Atmósfera setentera para recibir a una de las mejores bandas de rock de este país. La puesta en escena, sin ser aparatosa y ayudados por la música y el vestuario, te transporta a esas décadas tan llenas de psicodelia. Tan experimentales. King Sapo no tiene nada que ver en directo con lo que hemos escuchado en estudio. Nada. Todos sus temas se engrandecen sobre las tablas.



El concierto transcurrió como deberían transcurrir los grandes eventos: sin contratiempos. Tampoco hubo sorpresas. Con cuatro músicos la mar de entregados, con un público que ya me gustaría a mí tener. Alargando las canciones, los punteos, los solos (batería incluido), las melodías, plasmando de carisma y buen rollo la vida, la noche, el rock. Pero, eh, cuidado, que no todo es perfecto en este planeta. Durante la primera parte del concierto el bajo se merendaba a la guitarra, desluciendo en cierta medida la labor de Andrés. Problema que consiguieron resolver en uno de los momentos álgidos de la noche. En ese primer instante en el que Jesús se coloca la guitarra acústica y toca “Libre”. Aunque quizás es cosa mía y de los medios tiempos que remueven mis pordentros, porque considero que otro de los momentos importantes de la noche fue con “Hablando con Árboles” tema que cierra su primer y único disco. Hablando de Andrés. Pocas veces vamos a ver hoy en día a un guitarrista dentro del rock sin pedalera ni juegos de artificio. Pues sí, el tío de King Sapo es una especie en extinción.



El concierto fue corto. Demasiado corto. Una hora y veinte minutos en la que tocaron íntegramente su primer disco, incluso repitiendo el tema que da título a su disco. Yo, que esperaba tener que correr para coger el metro de vuelta a casa para no llegar muy tarde, pude volver paseando en el frío madrileño, sorteando algunos charcos mientras sonreía por haber vuelto a disfrutar como un enano de música en directo.

King Sapo es una de las nuevas estrellas más brillantes en el superpoblado firmamento musical (perdonadme la cursilada). Y tú, como buen aficionado al rock, te recomiendo que salgas de casa y vayas a verlos, porque estás ante una de las mejores bandas, e (infra) reconocidas que podrás escuchar en nuestro territorio.

Dales una oportunidad, y si no te convencen dales otra.

Crónica y fotos: nonamed