Nuestra familia sigue creciendo y hoy Sorgintxo se estrena relatándonos cómo le fue a H.E.A.T. en su paso por la sala Santana 27 de Bilbao junto a Sherlock Brothers.

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Teníamos este sábado en Bilbao varias formas de sacudirnos el frío con el que nos ha sorprendido la primera semana de diciembre. Asíescogimos acudir a la Sala Santana 27, conocidísimo lugar entre los asiduos a conciertos, ya que allí se iba a producir una descarga de hard-rock ochentero a manos de los suecos H.E.A.T., quienes se han hecho acompañar para esta gira de sus vecinos, los también suecos, Sherlock Brothers.

La cita era a las 20:30 y con puntualidad británica saltaron al escenario André Andersson y los suyos dispuestos a encender a un público todavía escaso con sus canciones, que mezclan ese rock fácil setentero de melodía poderosa y estribillo pegadizo con un sonido moderno. Esa mezcla, junto al desparpajo de André, que incluso mediado el show le dio por hacer un amago de striptease o por darse una vuelta entre el público, consiguió hacer que errores que se escapan a la propia calidad del grupo y de sus canciones pasaran desapercibidos. Por ejemplo el sonido, pues a pesar de ser una sala que goza de una buena acústica en general para los directos de este género, esta vez no les hizo justicia. En muchos momentos la voz de André se perdía entre los potentes “aullidos” de las dos guitarras, restándole así enteros al conjunto.

A pesar de que el público se hizo de rogar, ya fuese por el frío o porque tampoco son muy conocidos por estos lares y la gente estaba esperando a los auténticos protagonistas de la noche, Sherlock Brothers consiguieron la comunión con los que habíamos acudido desde primera hora.

Abrieron el concierto con “Rollin” single de su álbum debut publicado en 2011 “Black Cat Tango” y del cual tocarían cuatro cortes más, “Down”, “This motel”, “Crave” y “Stay”. También intercalaron canciones de su recién lanzado al mercado “Monkey made Nation” entre los que no podía faltar el single “You're in” o “My Way”. Esta sirvió para poner punto y final a 45 minutos de rock en los que pudimos conocer un poco mejor el trabajo de esta banda novel que aunque todavía no tiene un nombre reconocido apunta sin duda alto. Probablemente no dentro de mucho tiempo quizá podamos incluso verlos liderando su propia gira.

Y casi hora y media después de haber acudido a la sala, daba comienzo el verdadero show que estábamos esperando. Uno a uno y comenzando por el batería “Crash” fueron apareciendo desde el piso de arriba los suecos H.E.A.T. encima del entarimado de Bolueta.

Abrieron, el concierto, al igual que su último trabajo “Tearing Down the Walls”, con “Point of no Return” y desde ese primer acorde pudimos prever que se iba a tratar de una noche épica en la que disfrutar canción tras canción de la energía que emanaba la banda. A pesar de que tampoco se llenó la sala, Erik Grönwall y sus chicos se metieron en el bolsillo a todos los que estábamos allí congregados, y es que es una de esas bandas en las que se ve a distancia el feeling que tienen entre ellos, se gustan y lo que es mejor... nos gustan.

A este primer tema le siguieron éxitos, de ese último trabajo publicado, como “A Shot of Redemption” o “Inferno” antes del cual hicieron una breve pausa, que dicho sea de paso se agradeció pues los primeros 4-5 temas no ofrecieron tregua, para presentarse y darnos las gracias por haber acudido al show.

El sonido esta vez si estaba a la altura de las circunstancias e "Inferno" sonó a todo trapo mientras Erik que no paraba ni un solo momento hacia que el publicode todas las edades que estabamos alli nos desgañitaramos cantando para el.

Y llegaba el momento de la balada que le da nombre al ultimo trabajo de la banda. Con un Erik ya más calmado como la canción requeria, el frontman salía al escenario con la guitarra acústica para dar comienzo al momento más tierno de la noche.Poco a poco todos los miembros de la banda se fueron uniendo a el haciendo las delicias de las parejas.

Pero el oasis de calma duró poco y la banda volvio a la carga con “Manequin Show”, haciendo que la sala al completo se viniese arriba y perdiese la cabeza ya involucrada de lleno en la espiral que se estaba gestando esa noche.Y es que a pesar de que el concierto avanzaba a un ritmo demencial la gente seguía al 100% en completa comunicación con la banda.

El delirio llegó cuando, haciendo un guiño a Deep Purple, sonaba el estribillo de "Highway Star" y temas como "Beg Beg Beg", "All the Nights" (con Erik de nuevocon la acustica en escena) o "Enemy in Me" solo nos hacían presagiar que el fin del show, a pesar de lo que estabamos disfrutando, estaba cerca.Así casi 90 minutos despues de ese "Point of no Return" la banda desaparecía del escenario, dejándonos sudorosos pero con ganas de más.Y ellos también las tenían pues no nos hicieron esperar mucho para deleitarnos con un bis de tres canciones más.

Erik aprovechóo para presentar al resto de la banda con el corte “Living on the Run” y ellos le contestaban con solos breves a medida que iba nombrándoles.Y ahora sí, daba final el show con "Laughing at Tomorrow", sin duda el broche final a una noche de hard rock dificil de olvidar en la que pudimos hacer frente al frío de la mejor forma posible, música en directo y amigos de los que (y con los que) disfrutar.

 

Crónica y fotos: Sorgintxo