El pasado 24 de febrero regresamos a la  sala Porta Caeli de Valladolid para disfrutar de una esperadísima velada. Allí se presentaría Delalma en su primera y exitosa gira, junto a los asturianos Argion y nuestros Luis Martin y Lucía Barcenilla no dudaron ni un momento en acudir a la cita.

¿Queréis saber cómo fue la noche?


Llevaba meses esperando al pasado 24 de febrero, desde que se anunció el concierto de Delalma y Argion en la sala Porta Caeli de Valladolid lo tenía marcado a fuego en el calendario y por fin llegó la hora de ver de nuevo a un grupo de primer nivel como es Delalma presentando su espectacular disco y a Argion haciendo lo propio, que pasito a pasito van afianzándose en el panorama estatal.

A las ocho en punto comenzó a sonar "Lux umbra", la intro del segundo disco de Argion, que salieron con los dos temazos "El juicio final" y "La ciudad eterna" con un volumen apto para sordos (ojo con esto, que una cosa es que esté alto y otra que sea peligroso, estaba demasiado alto). Me gustó ver que, aunque no estaban todos desde el principio, había bastante gente en la sala y se fue llenando paulatinamente hasta quedar prácticamente llena para ambos conciertos. Tras los agradecimientos y admitir que no se esperaban tal respuesta, Argion rescató "Tierra prometida" de su álbum debut, un tema que no venían tocando en la gira. "Hijo del diablo" y "La orden" precedieron a "Anne Bonny", que siempre funciona muy bien en directo. Diría que este fue el punto de inflexión del concierto, donde la gente se metió de lleno en la propuesta de los asturianos y arroparon hasta el final.

"Un largo viaje" y "Corazón de león", también rescatada, prepararon el terreno para la traca final, un trío de canciones infalibles que subieron la intensidad al máximo y marcaron un final sobresaliente: "Águila de sangre", "Sobre el mar" (no me bajo de la burra de que es su mejor canción) y "Fuerza y honor", tres temazos épicos que sirvieron para poner fin a una hora de concierto francamente bueno. Cada vez que veo a Argion en directo me gustan más que la anterior, a día de hoy se les ve con mucha soltura, están rodados, se lo pasan bien y lo hacen pasar bien. Además, de todos los conciertos que los he visto, este ha sido sin duda el que más han conseguido que se meta la gente en el concierto y recibir una respuesta que al final terminó siendo brutal, lo que demuestra que estos chicos lo están haciendo muy bien y van por buen camino. Que sigan así.

Le tocaba el turno a Delalma, un grupo que no sólo ha sacado un disco excepcional, sino que de buenas a primeras se han hecho con una legión de fans que los acompañan a hacer llenazos allá donde tocan y cantan todas sus canciones, y mira que las letras son enrevesadas. Pero Delalma está en otro nivel y tienen la recompensa del éxito. Son una de mis debilidades y tenía muchas ganas de verlos de nuevo, que sería la cuarta vez para mí. El inicio lo marca Manuel Ramil saliendo al escenario para empezar a tocar los teclados de "Acto de fe", para que a continuación salga el resto de la banda, terminando con un Ramón Lage que se lleva unas ovaciones de escándalo. Y no es para menos. El sonido al principio estaba un poco embarullado, o al menos así era en las primeras filas, la voz se escuchaba poco, los coros nada y la batería atronaba. Después me fui a la parte de detrás y allí el sonido era perfecto.

El set list de Delalma fue lo que se esperaba: su disco casi íntegro y permitiéndose una versión de "Wicked game" de Chris Isaac. "Renegar de ti" y "Mañana vuelve a oscurecer", una de las más coreadas, suenan al principio, seguidas de "Y aún siento estar allí" o "Ritual". Lo bueno de ver a Delalma en una sala es que no dejan fuera del set "La última noche", esa preciosa balada presentada con mucho sentimiento por Ramón y dedicada hacia una amiga suya que falleció ni "¿Y ahora qué?", que tiene una parte final con un solo de guitarra espectacular que da gusto oír. Eso sí, eché mucho de menos "Quédate", que parece que han eliminado del set list, una pena.

Si decía antes que las tres últimas canciones de Argion son muy buenas, las de Delalma no se quedan atrás. "El mirlo" es un himno, "Luz ni tiempo" es una clase magistral de diez minutos y qué decir de "Cárcel de cristal", clásico instantáneo desde que se estrenó. Tras hora y media y con toda la piel de gallina nos despedimos de Delalma, a los que espero volver a ver más pronto que tarde, ¡qué grupazo!

Gran noche en Valladolid, aunque hubiera sido mejor si no te echaran tan pronto de la sala, que ni tomar una cerveza con calma después del concierto se puede, y lamentablemente ya estamos acostumbrados.

Crónica Luis Martín
Fotos:  Lucía Barcenilla