El pasado 21 de julio Gijón se vestía de gala para recibir a los miticos Scorpions junto a Phil Campbell & The Bastards Sons. Una cita que no quisimos perdernos y que hoy os relatamos junto a un buen puñado de fotos de la mano de FelipeSM
¡No os perdáis esta crónica!
Cita ineludible para los amantes del postureo y la farándula la del pasado domingo 21 de julio en Gijón. Scorpions, una de las bandas más míticas y accesibles del rock internacional hacía escala de su gira cuarenta aniversario de "Love At First Sting" en Gijón. Sería como parte del Tsunami Xixón y del Gijón Life, dos eventos muy distintos entre sí pero que unían fuerzas para traer al mítico combo alemán a Gijón.
La expectación era máxima, los selfies llevaban los móviles de los más de quince mil asistentes y el caos circulatorio en los accesos de Gijón inevitable. Sigue la ciudad asturiana empeñada en acumular eventos en una zona que se convierte en un atasco cada quince días por el fútbol y la situación no mejora sea cual sea el nombre o la naturaleza del evento.
Centrándonos en lo musical, a eso de las 20:15h salían a escena Phil Campbell & The Bastards Sons. Una banda conocida por la marca "Phil Campbell", pero que tiene mucho más que ofrecer que el nombre del legendario guitarrista galés de Motörhead. Sobre el estupendo escenario del parque Hermanos Castro, mucha luz, buen sonido y gran amplitud, muchos de los presentes descubrimos a una gran banda de rock. No me cabe duda que sin Phil en sus filas, esta sería una banda de culto para los amantes de los guitarreos más adictivos y las voces con sabor a bourbon, más acorde a escenarios como la AMC Bocanegra o el HellDorado Club de Vitoria, donde habían tocado el día antes junto a Green Desert Water, que a estos macro eventos donde la conexión con el público y la intensidad se diluyen entre las bastas dimensiones del recinto.
"We’re Bastards" abrió la veda y ante un sonido correcto, personalmente eché en falta un poco más de potencia en la batería durante toda la noche, vislumbramos lo que estaba por venir en los próximos cuarenta y cinco minutos. Phil dejaría lucirse a sus tres hijos, Dane, Tyla y Todd, pura energía sobre el escenario, y sobre todo al genial frontman Joel Peters. El de Worcester es el frontman ideal para el estilo que practica la banda. Cumple a la perfección en las labores vocales y se echa a la espalda todo el peso escénico del combo familiar, llegando incluso a arrancar del tímido público algunos puños al aire.
Temas de cosecha propia como "Dark Days" o "Schizophrenia" nos permitieron disfrutar de una gran banda de rock, aunque sin recompensa para los galeses por parte del respetable.
Obviamente la situación cambia en cuanto asoma el primer atisbo en forma de riff de Motörhead. "Going to Brazil", "Born to Rise Hell" o la mítica "Ace of Spades", iniciada por Tyla Campbell frente al respetable, hicieron las delicias de un público sediento de clásicos, himnos e historias que compartir en redes.
Una lástima, porque si algo me quedó claro del show de Phil Campbell & The Bastards Sons, es que son más que el recuerdo de una época pasada. Ojalá el tiempo permita a la familia Campbell presentar sus temas sin necesitar de guiños a la historia.
Un eterno cambio de backline precedía al momento climax de la velada. Scorpions salía a escena bajo los acordes de "Coming Home", una declaración de intenciones de un Klaus Meine que capitaneaba el arranque del show. Lo cierto es que desde el foso el vocalista me ofreció alguna duda, ya que hacía aparición en el escenario de forma pausada y dubitativa, como si algo no fuera bien o quizás, algo más lógico, las míticas gafas de sol no le permitieran vislumbrar su zona del escenario.
No obstante, en cuanto Rudolf Schenker, Matthias Jabs, Pawel Maciwoda y Mikkey Dee arroparon al vocalista hanoveriano, éste se vio mucho más seguro y preciso. "Gas in the Tank" y "Make it Real" terminaron de afinar una maquinaria que con "The Zoo" ya surcaba el cielo gijonés a velocidad crucero y temazo tras temazo.
Por motivos de normativa fotográfica tuve que perderme los siguientes temas, pero cuando pude regresar al recinto, la banda ya era una con su público. No en vano sonaban los acordes de las guitarras acústicas de "Send Me an Angel", que darían paso a un mar de móviles en "Winds of Change".
En Gijón pudimos ver una banda solvente en su conjunto, quizás siendo el citado Klaus Meine el que más parece acusar el paso del tiempo en su voz y su operación de marzo en su físico. Aunque ya nos gustaría a muchos llegar así a los 76 años. Algunos tienen un puñado de años menos y no llegan ni al 25% de Klaus.
No obstante, individualmente el resto del grupo está en un estado de forma envidiable. Rudolf y Matthias parecen listos para cualquier batalla, Pawel, aunque más discreto, es un seguro de vida y luego está Mikkey Dee. El que fuera parte de Motörhead exhibió en Gijón, músculo, pegada y precisión en cada uno de los temas, aunque nos ofreciera el clásico solo de batería del rock que tanto (no) me emociona.
La recta final del concierto fue un gozar para los más nostálgicos y los amantes de Rock FM. Con el público ya en su bolsillo, recuperaron la intensidad con "Blackout" y pusieron al parque Hermanos Castro a corear como si hubieran vuelto dichos hermanos al verde con "Big City Nights", que parecía cerrar la cita.
Pero aún quedaba el inevitable "Still loving You" y tras un sonriente Klaus jugar con el público, "Rock you Like a Hurricane". Final por todo lo alto con Klaus Meine envuelto en una bandera de España para delirio popular. Se ve que en Gijón se terminaron las azules y amarillas…
Tsunami Xixón, Gijón Life, ojalá el éxito de Scorpions en Gijón suponga el inicio de una nueva tradición anual que sirva para traer bandas históricas del rock internacional cada verano a Asturias. Si así fuera, nosotros lo celebraremos.
Crónica y fotos: FelipeSM