Hace dos semanas tuvo lugar la primera de las semifinales del DevilFest de este año, un festival organizado por la gente de AMAM. Ireth estuvo en Mollet para presenciar la batalla entre Perfect Lies, Black Cowboys, Resilence, L.O.W y Shattered Sigh.

Hoy nos trae la crónica y las fotos de la velada. ¡No te lo pierdas!

 

Hace apenas tres años empezó la iniciativa del DevilFest, algo que nació de la mano de AMAM, la asociación de músicos de Mollet, quienes con ilusión y ganas cada año van puliendo los detalles de ediciones pasadas, además de reunir y dar cabida a todas esa bandas de la escena underground sin limitarlo a un estilo de referencia. Mientras hablemos de metal y rock…bienvenidos sean.

El formato sigue el de otras ediciones, tres semifinales en tres noches, de las que saldrá un finalista por velada. Este año además, un jurado elegirá una banda de las 12 restantes y otra saldrá de la elección de AMAM. Por lo tanto, no hay excusa para dar un buen show y cautivar los ojos del público, ya sea para pasar directos o para que el jurado en todo caso te tenga en cuenta.

Así que, con el reto claro. Let’s start the show!

La noche comenzó a las nueve y media de la mano de Perfect Lies. Una formación joven, nacida en el año 2012 en la capital del Maresme (Mataró).

Cuando ves una banda de metalcore con un teclado en sus filas, esperas algo distinto. Y exactamente eso es lo que pretenden, el quinteto busca la innovación. En sus melodías podemos apreciar un intento de llevar el metalcore más allá y darle personalidad con un aire más moderno, tirando principalmente de contrastes melódicos y rítmicos. Pero a mi parecer eso es algo que aun necesita mucho tiempo de cocción.

Lo mismo se puede atribuir a su directo. Hicieron un show correcto, pero no se les vio disfrutando del directo. O eso es lo que apreciamos desde abajo, que a fin de cuentas es lo que se nos transmite. Dejaron un poco de lado la interacción y no se les vio especialmente sueltos a excepción del propio Pere, Ion hacia el final y Marlen, quien dejó claro que estar detrás de un teclado no es un impedimento para saltar con el público. Cierto es, que dada su corta trayectoria aún están en fase de curtirse y pulir estos detalles. En este mundo hay a quien le cuesta más y a quien le cuesta menos.

La segunda estocada de la noche vino por parte de Black Cowboys. Los de Girona hacía relativamente poco que habían descargado su recital en la semifinal de la W:O:A Metal Battle, no pasaron de ronda y viendo algún vídeo de su actuación y la competencia que tuvieron no es de extrañar. Pero claro está que eso no significa que no tengan nivel. ´No se está en dos semifinales con solo tres meses de año por nada.

Se me había comentado que entonces no mostraron sus mejores dotes, algo que parece ser que se desvaneció en esta ocasión. No se lo que harían en febrero pero aquí se marcaron un directo más que decente, mostrando un nivel de dinamismo y entusiasmo que hacen despertar a quien les ve. Demostraron con una gran ejecución de los temas que de nivel técnico están muy bien y en ese aspecto fue de lo mejorcito que pasó por el escenario. Un combinado a pie entre el power y el progesivo bien presentado. Compenetrados, entusiasmados, con un frontman (David) implicado intentando buscar la reacción por parte del público, algo que consiguieron parcialmente, pues en algunos sectores aún reinaba la frialdad.

Metal en estado puro interpretado con ganas. Cómo debe ser. Atentos a este cuarteto que de seguir así grandes coses debería ser capaz de hacer.

Hacia la mitad de la noche salió la banda que personalmente más me motivó: Resilence, quienes liderados por Pili emularon a Black cowboys y de hecho en energía les superaron. Un aspecto en el que se sobrepusieron, con permiso de LOW, a toda banda de la noche. Algo en lo que confiaba que pasaría de verles en anteriores ocasiones.

La formación tiene dos guitarras con riffs rapidísimos, Pili y José Antonio Romero, que fusionados con la contundencia de Jose Antonio García y su bajo  y un batería de nombre Alex, que hace retumbar con fuerza su batería, marcando un tempo rápid, suenen potentes y feroces. Resumiendo, death metal melódico con tintes de metalcore bajo la dirección de un gutural grave femenino a cargo de Pili, una frontwoman de armas tomar.

Seguros de si mismos, expresivos, compenetrados, con dinámica de equipo e interacción con el público. Deberían haberse comido la sala pero los problemas técnicos les lastraron bastante, teniendo incluso que llegar a cortar a primeras de cambio dada la insonoridad de los micrófonos. A lo largo de su descarga el efecto bola estuvo presente. Ellos optaron por no amargarse, sacaron sus energías a relucir y la contagiaron al público que con el paso de las horas empezaba a mostrar carácter.

Dieron motivos más que suficientes para presentar su candidatura. Sacaron la garra para arañarnos y quizás lo hubieran logrado de no ser por ese lastre.

Si antes dije que confiaba en el show de Resilence de entrada, con L.O.W me sorprendería. Salieron decididos a ganar, muy puestos en el tema y con ganas de aprovechar el calor de un público que estaba ya muy suelto.

Ellos son conjunto que proviene de Rubí y cuya tarjeta de presentación, una maqueta titulada “Swallowed by Hate”, queda algo obsoleta dado principalmente a los cambios de formación. Actualmente Almudena es quien se encarga de poner la voz y Dani los riffs principales.

Con los motores a pleno rendimiento, el quinteto también ofreció una descarga intensa y aún mas rápida de death metal. Otra voz gutural es la que reina en L.O.W y otra vez de mujeres iba la cosa. Metal extremo con el que muestran agresividad. Sonaron con fuerza, muy potentes y bastante entregados, quizás quien menos fue precisamente la dueña del gutural versátil (capaz de alternar graves con medios), a quien se la vio metida en el show menos entre temas, donde la timidez se apodera de ella. No obstante, mientras hacia la función de vocalista no desentonó, sino todo lo contrario.

Enérgicos, a la par que Resilence, aunque un peldaño por debajo en mi opinión. Intensos y dinámicos. Dejaron constancia de quien son y también bonitas estampas para las fotografías.

El telón de la primera semifinal lo cerrarían Shattered Sigh. Liderados en el aspecto vocal por Vlad pero en la puesta escena por Lulu, quien se comió a su propios compañeros en algunos momentos. Mientras a ella detrás de su teclado, la vimos disfrutar a su manera, el resto parecía algo frío en los primeros compases.

Nos brindaron una puesta en escena correcta. Pero faltó algo para incentivarnos. El problema del conjunto barcelones fue un combinado de factores con efecto cadena. Practican doom metal, un estilo intenso melódicamente hablando. Con peso dramático y aunque potente, depresivo. Eso jugo en su contra esta vez.  Empezando por el orden de actuaciones que no les benefició en absoluto, no por el hecho de ser los últimos en si, sino por ser la “calma” después de la tormenta de vitalidad que fueron Resilence y L.O.W.

Creo que su estilo musical es difícil de llevar en un ambiente como el de ese viernes, ante un público poco asiduo al genero. Precisamente por eso, deberían haberle puesto más garra, sentimiento e interacción . Cuando se nada fuera de aguas tranquilas es cuando hay que meterle más fuerza. Ese plus que requería no lo tuvieron.

Y hasta aquí la primera semifinal. Perfect Lies se llevaron el pase directo gracias al voto del público. En breves tendremos la segunda semifinal que esperamos poder relataros con un poco más de rapidez.

Crónica y fotos: Irêth