Dead Lord, Nashville Pussy, It Was the Elf, Quaoar y Void. Con ese cartel en su primera jornada, ¿nos íbamos a perder la tercera edición del Stonefest asturiano?

¡Aquí va la crónica y fotos de NachoGS!

 

El viernes treinta de junio y sábado uno de julio tenía lugar en Asturias, la tercera edición del festival Stonefest. Un año más el Parque de la Libertad de Piedras Blancas (Castrillón), resultó ser la ubicación perfecta para la realización del Stonefest. Un festival al que no le faltó de nada, ya que teníamos a nuestra disposición una zona de barra y comida, aseos y zona de “merchan”. La nota negativa la pusieron la gente que hace “botellón” en un festival gratuito como este, lógicamente cada uno es libre de hacer lo que le plazca, pero luego no nos quejemos de que no se organizan eventos interesantes.

La primera jornada, la del viernes, comenzaba con la descarga de los asturianos Void. Por suerte las inclemencias meteorológicas nos respetaron, y el trio asturiano compuesto por Nacho a la voz y al bajo, Cesar a la batería y Chou a la guitarra, pudo comenzar de forma puntual su actuación. El “doom arcaico” de los asturianos, produjo un efecto llamada a las personas que aún se encontraban por las inmediaciones del parque, que acudieron de inmediato al ancestral reclamo. Poco más de media hora de ritmos densos fue lo que Void nos pudieron ofrecer en esta ocasión, aun así, fue una excelente forma de comenzar el festival.

Tras el cambio los siguientes en subirse al escenario fueron los bilbaínos Quaoar, que muy pronto lograron meterse al público en el bolsillo, gracias a las variadas influencias de las que se alimenta su sonido stoner, un sonido que hizo disfrutar a un público cada vez más numeroso. La versatilidad de la banda es innegable, y el rendimiento que le sacan a todas estas influencias generan temas tan ricos como “The River and the Soul”, “Go to Momo” o “Memento Mori”. Nos quedamos con ganas de más, ya que los cuarenta minutos de actuación programados supieron a poco.

El ambiente terminó de caldearse por completo gracias a la actuación del siguiente grupo en saltar a escena, los portugueses It was the Elf. Procedentes de las montañas del país vecino, lograron conectar con facilidad con el público asturiano. Los temas de su último trabajo “Fire Green” y la actitud desplegada por toda la banda sobre el escenario, en especial la de su vocalista, hizo que el concierto resultara intenso y vibrante.

Y como quien no quiere la cosa, pasadas las doce de la madrugada, llegábamos a uno de los momentos álgidos de la jornada, la actuación de los norteamericanos Nashville Pussy, para entonces el que el parque de la Libertad presentaba un magnífico aspecto repleto de público.

El rock and roll sucio e irreverente se adueñaba de todos los asistentes tras la intro de rigor, con “Everybody´s fault but mine” y “Piece of ass”.

Desde el primer momento todas las miradas se concentraban en Ruyter, que movía sus rizos de forma endiablada, mientras ejecutaba uno tras otro sus eléctricos riffs, contando como siempre con la complicidad de Bein y de su inconfundible bigote.

En el ecuador del show atacaron la coreable “Going Down Swinging” , hasta que llegó el turno de versionar el “Can´t You See” de The Marsall Tucker Band. No nos daban tregua y una celebradísima “Go To Hell” nos acercaba a la recta final del concierto. Para entonces Ruyter ya se había despojado de sus botas camperas y desclaza seguía sacando de su guitarra rabiosas notas de rock and roll, sin olvidarse de dar algún que otro lingotazo de Whisky, en el apartado alcohólico Bein no se quedó atrás y llenó su sombrero de “cowboy” de cerveza para beber del mismo.

Llegando al desenlace sonaron “Strutting cock”, “Why Why Why” y como no podía ser de otra manera, el fin de fiesta lo ponían con  “Go Mothefucker Go”. Antes de despedirse definitivamente una Ruyter exhausta, arrancaba una por una las cuerdas de su guitarra para arrojarlas a las primeras filas, dejando a todo el mundo más que satisfechos.

Y aún quedaba noche por delante, los encargados de echar el cierre a esta primera jornada serían los suecos Dead Lord. Hard rock de la vieja escuela y muchas guitarras dobladas, nos ofreció la banda del afable vocalista y guitarra Hakim Krim. Dead Lord demostraron en Piedras Blancas que son una banda de directo, sin trampa ni cartón. Las buenas sensaciones entre el público iban en aumento a medida que avanzaba la actuación de los suecos, mientras iban cayendo los temas desde el que es, por el momento, su último trabajo “Heads Held High”.

Para finalizar se marcaron una tremenda versión de “Hammer to the heart” muy celebrada por todo el mundo y con presentación de la banda incluida por parte de Hakim, que chapurreando algo de español se dirigía al público: “viva la fiesta y la siesta”, broche de oro para esta primera jornada de festival.

Crónica y fotos: NachoGS