El pasado viernes tuvo lugar el I Fuck Mateo en Oviedo con Sound of Silence, Display of Power, Rorshack y Absalem como protagonistas de una noche que nosotros no nos quisimos perder.

¡Aquí os dejamos la crónica de la velada!

 

 

Decenas de conciertos, artistas que hacía semanas que habían pasado por Asturies, apenas un concierto de rap, rock de bajos decibelios no vaya a ser que moleste, Carlos Jean en su tour asturiano y nada, pero nada de metal. Así se presentaba este verano la programación musical de las fiestas de Oviedo. San Mateo a pesar de los resultados de años anteriores y de la calidad y admiración que atesoran algunas bandas asturianas fuera de nuestras fronteras, se olvidaba de los estilos que molestan. ¿Qué sorpresa verdad?
Y ahora no me vengáis con el concurso Oviedo Rock porque un concurso para bandas locales nunca debería servir para cubrir una parte de la programación musical. A no ser que a Fangoria y M-Clan se les comunique que solo tres de los grupos del programa conseguirán cobrar por sus show…

En estas, aprovechando que el Pisuerga pasa por Pucela, la gente de Factory Rock se sacó de la manga una prometedora noche de metal extremo con un precio irrisorio. El cartel aunaba cinco bandas (cuatro al final ya que A.D. no pudo acudir por motivos laborales) que a buen seguro harían las delicias de los fans: el regreso de Sound of Silence, la novedad de Absalem, los Pantera gallegos y una apisonadora llamada Rorshack.

En torno a las diez de la noche salía al escenario Absalem. El grupo salmantino no desaprovechó sus cuarenta minutos de actuación y dio buena cuenta de su inminente disco debut “Chaosvolution” con temas como “Sinner”, “Fear my wrath” o “The forest”, además de una improvisada versión final de Killswitch Engage (si mal no recuerdo) ante la insistencia del público. Este fue el gran logro de la banda el viernes, al principio de su show apenas había gente en la sala y el respetable terminó pidiendo más. Sobre el escenario una banda que capitaneada por una fantástica Gin combinando voces melódicas y guturales, camina entre mundos con una base de death, algo de doom, un poco de prog… La mezcla es prometedora y la base rítmica formada por Víctor a la batería y Oliver al bajo apoya ese resultado con una demoledora fuerza sónica. Quizás el único punto “negativo” fue el volumen de las guitarras de Álvaro y Miguel, ya que parecía faltarle algo de “punch” a su sonido, algo que se pudo comprobar al paso del resto de grupos.
Muy buen sabor de boca el dejado por el quinteto, atentos a su nombre porque si el grupo consigue coger un buen punto de forma en su gira podemos estar ante una de las bandas revelación del panorama.

Lo de Rorshack a continuación fue para mear y no echar gota. Me esperaba a la banda demoledora que son, pero el quinteto salió a morder y solo algunos problemas con la batería de Mario pudieron cortar una exhibición de fuerza bruta. La banda crece a pasos agigantados y parece controlar tanto el sonido como puesta en escena, inapelables en ambos casos, con Nacho imparable en el escenario, Mario poniendo un ritmo endiablado, Víctor y Daniel ofreciendo un recital con sus guitarras y Florentino siendo un frontman total, presencia, comunicación con el público y labor vocal incontestables.
El grupo presentó los temas de su “Asistolia”, además de una nueva canción y no dejó títere con cabeza, arrancando los primeros circle pits de la noche e incluso un wall of death. Esperaba algo parecido a lo que vi, pero Rorshack consiguió dejarme sin palabras en lo que fue una master class de contundencia, lo que se llama un rodillo. A más de un grupo grande terminarán por pintarle la cara, si no al tiempo. El relevo en el metal extremo asturiano está listo.

Volver a ver a Sound of Silence sobre un escenario fue especial, no fue solo por el hecho de ver a la banda de nuevo en pie tras todo lo vivido en estos años, sino también por ver a Nefta, Rubén y Javier disfrutando de nuevo junto a Jorge (ojo a su labora en la batería) y Dimitry, sus nuevos compañeros de viaje.
Personalmente hace unos ocho años que sigo a la banda y volví a ver a ese grupo que parecía que se iba a comer a media escena nacional. Buenas noticias no, lo siguiente. Con un set que recopiló cortes de su último disco como “Felices Bajo Tierra” o “Culto al Suicidio” y temas antiguos como “Tronos sobre Cráneos” o “El Comienzo de un Triste Adiós”.
Sobre el escenario Nefta estuvo impecable a las voces, divertido en sus habituales chistes y tan activo que terminó bajando del escenario a iniciar un “wall of death” en “Sacrificio de una Vida atormentada”.
El concierto estaba siendo un éxito cuando apareció “La Pasión del Ángel Caído”, con Víctor de Rorshack subiendo a ocupar el lugar de Rubén en la guitarra y Ely Lee al violín. Un toque especial que hizo que el tema y el concierto ganase enteros. Sin duda estaba siendo una noche especial y el remate final con “Un Nuevo Anochecer”, “La Resurrección de las 10 Almas” y “Viendo al Cielo Llorar” no hizo más que certificar esa sensación y ponernos a todos a merced de la banda.
Sound of Silence ha vuelto por la puerta grande. Y reclama su trono…



El cierre de la noche corrió a cargo de la banda gallega Display of Power. Una hora de repaso de temas míticos de un icono del metal como es Pantera. Y claro, un repertorio así y un sonido demoledor hacen que todo sea más sencillo. El público se volcó desde “New Level” hasta “Fucking Hostile”, pasando por “Walk”, “I’m Broken”, “Cowboys from Hell” (con cambio de guitarra sobre la marcha inclido) o “Shattered” entre otros.
Lo cierto es que la banda hizo una gran labor y ofreció un buen concierto, pero personalmente tengo un problema con los grupos tributo más allá de fiestas como Unirock o acústicos en baretos mientras tomas algo, me dejan frio. Y es que uno no puede evitar esa sensación de estar ante una orquesta del metal, algo que el propio Alberto se encargó de recordarnos un par de vez.
Al final solo una cosa importa, ¿te gustan Pantera? Pues te gustarán Display of Power, mucho.

San Mateo al final si tuvo su dosis de metal, de iniciativa privada eso sí, pero lo único que importa ya es que los que estuvimos en Sir Laurens disfrutamos con cada concierto de la noche. Ojalá esta edición sea la primera y última, eso significaría que volveremos a tener metal en la programación de las fiestas ovetenses.

Crónica y fotos: FelipeSMwww.smfelipe.es