Volvemos a mirar atrás para regresar a Gandía y su Pirata Rock. Hoy JuanF nos trae la crónica del segundo día de festival con nomnres de la talla de Valira, Dinero, Mafalda y Berri Txarrak.

¿A qué esperáis?

 

< CRÓNICA DÍA 1 >

 

Tras descansar de un primer día de sonidos más variados, la caña se hacía en Gandía el viernes 19 de julio. Mientras el jueves fue una toma de contacto con lo mejor de la música en catalán, esta jornada se presentaba apasionante con artistas que intuían gran expectación. Desde el arranque con el nuevo proyecto del guitarrista de La Raíz llamado Valira hasta la despedida de Berri Txarrak de la Comunidad Valenciana, pasando por la explosividad de Dinero y Mafalda. Todo eso, adornado con conciertos de otros estilos musicales como Beret, Macaco, Natos & Waor o Lola Índigo; que hacían de ese día una cita indispensable para todo tipo de públicos.

Y todo arrancaba a las 19:30 con Valira. Esta vez sin problemas para entrar al recinto, la banda de Juan Zanza jugaba en casa presentando “Ecos de Aventura”. Pese a ser los encargados de abrir la jornada, un notable número de gente no quiso perderse un show que subsistió bien al cegador sol de Gandía. Solo tienen un único trabajo discográfico y apenas cuentas en meses su existencia, pero sus canciones son cantadas ya por el público, desde composiciones cañeras como “El Animal” o “Corazones Ambulantes” hasta la desnuda “Vega”. Hicieron un repaso a todo su disco y, aunque faltan algunas cosas escenográficas por pulir, el respetable disfrutaba con creces con Valira, sobre todo el sector de Ontinyent que no paraba de animar. También hubo tiempo para tributar a la reina del género urbano nacional Mala Rodríguez con una versión más rockera de su famoso tema “Quién Manda”. Discípulos de La Raíz en manos de su guitarrista y baterista, pero sin nada que ver con su mestizaje superventas. Son un proyecto totalmente nuevo, que comienza desde cero con el único propósito de sacar a la luz la vertiente más rockera de Juan Zanza. Por su parte, Pipe Torres también se encuentra en esta formación, a la vez que también estrena grupo con los metaleros Fukushima. Ellos, junto a Nativa, son los restos de aquella banda que llenaba grandes salas y plazas de toros. Mientras se espera una reunión en el tiempo, tenemos música para rato.

Acto seguido, tocaba disfrutar de la banda Dinero con el ilicitano Sean Marholm al frente. Les tocaba abrir el lejano escenario Transmediterránea a las 20:30 y la afluencia de público no fue la esperada. Mientras un numeroso cúmulo de gente se dormía en el concierto de Morodo, Dinero intimaba con la poca gente que tenía ganas de caña. Derrochan un carisma inusual sobre el escenario y, pese a no contar con su batería de cabecera, subieron los decibelios en un ademán por hacerse notar en el Pirata Rock. Tienen colaboraciones con artistas de la talla de El Drogas o Morgan, y varios años a sus espaldas que les llevan a saber cómo afrontar un directo bajo presión.  Su “Dinamita” detonó Gandía y un servidor lo disfrutó de lo lindo. Las conocidas “En Invierno”, “Bajo Cero” y “Una Noche Más” fueron muy coreadas, pero eso solo fue la superficie de lo realmente vivido.  Las pastillas emocionales que han creado como nuevos singles funcionan a la perfección en directo, y el alma punk del cantante hace que suelte por la boca lo primero que se le ocurra. Y reitero lo dicho: a eso se le llama carisma. El jarro de agua fría fue la falta de más ambiente, cosa que contrarrestaron en el Sonorama con un auténtico llenazo que celebro. Hay que seguir de cerca a estos chavales que se están comiendo la escena. Yo solo pienso en un próximo concierto suyo.

Y había que hacer tiempo hasta medianoche, donde el desenfreno de Mafalda llegaba predispuesto a hacer caer el pleno de hombres que habían subido al escenario ese mismo día (aunque luego también actuaran Lola índigo y Pupil·les). Pese a un humo que era un incordio para los fotógrafos allí reunidos, pudimos comprobar una deriva más dura con su último trabajo discográfico “Palabras Forman Caos”. Desde la temprana “Las Que Faltaron” se pudo vislumbrar una puesta en escena más aguerrida que en otras ocasiones presentando “La Última Vez Que Te Escucho” o “Nos Deben Una Vida”, que son las otras dos giras donde les he visto.  Andoni ha decidido dejar de lado su característico bañador amarillo de la buena suerte, Marcos se desenvuelve mejor en los bailes de segundo plano y las voces de Bárbara y Vera se vuelven mucho más compactas. La experiencia de 10 años encima de los escenarios les ha llevado a pulir un directo que se torna fresco incluso para los repetidores. A pesar de eso, siguen pidiéndose las mismas canciones. Me gustaría escuchar “La Rosa” o “Acción Directa Musical”, siendo mezcladas con la materia prima actual de la talla de “R.o.c.k.” o “Invocando Aquelarres” para percibir más aún la evolución de la banda. Se quedó buen sabor de boca al terminar, más aún tras haber cantado hasta perder parte de la voz. Tenía que reservarme, porque a las semanas volvía a coincidir con ellas en el Rabolagartija de Villena.

Y se finalizaba con Berri Txarrak. Gorka Urbizu y compañía están envueltos en un adiós a una carrera. Son parte de nuestra música y han conseguido llevar el euskera a rincones jamás imaginados. Pero ya cierran el telón de una función que les ha dado más alegrías que tristezas. Era mi primera y última vez en ver al trio de Lecumberri, y se iba a disfrutar como se debía. Gandía comenzó a rejuntar poco a poco a un cúmulo de gente que, pese a ser insuficiente, gozó. Porque le echan muchas ganas, poseen un juego de luces exquisito en línea que rotaban cada cierto tiempo y, lo más importante, porque son pasado y presente del rock. Toni Mejías de Los Chikos del Maíz no se lo quiso perder y salió a interpretar junto a la banda “Betiko Leloaren Betiko Leloa”. Puede que fuese el concierto del festival. “Zuri”, “Maravillas”, “Katedral Bat”, “Ikuse Arte” … temas de ayer y de hoy que eran disfrutados por un respetable empoderado y lleno de ganas de saltar y gritar. Alguna lágrima cayó, y no es ningún “Spoiler” si se dice que emoción no falta en esta gira despedida. Me faltó coger una púa, suvenir que no tendré otra oportunidad de conseguir a no ser que pasen a despedirse por Alicante. Fue un auténtico lujo despedir ese día con ellos. Gorka, Galder y David brillaron y no fue mérito de su lujoso juego de luces. Espero equivocarme en llamarlo adiós.

Y así acabó la segunda jornada del Pirata Rock, donde hubo tiempo de descubrir por encima el fenómeno de Lola índigo y de acabar con Smoking Souls sin cámara en mano. Al día siguiente era el turno de artistas como Narco, Iratxo o Desakato; y había que recoger fuerzas y voz. Aún quedaba festival.

 

Crónica y fotos: Juan Fernández