El pasado mes de agosto salía a la venta “The Passage”, el último disco de los progresivos italianos DGM, un álbum que llega hoy a nuestra web para convertirse en nuestro "Disco de la Semana".

Pasa y descubre por qué.

 

 

Con unas excelentísimas notas recibidas en discos pasados como “Different Shapes” o “Momentum”, los prolíficos italianos DGM poco tienen que demostrar sobre su calidad y su disposición a hacer buena música y, aunque el álbum a tratar sea su noveno full-length, su habilidad para mantenerse en muy buena forma resulta indiscutible.

Tres años de silencio desde su anterior trabajo es mucho tiempo para enfriar mentes y explorar fórmulas que se alejen de la monotonía estilística, y en este lapsus de aparente hiatus se germinaron 12 volumétricas piezas de progressive y power, un retrato a las aspiraciones melódicas de toda banda atrevida que busque el avance en el sonido del panorama, en donde las sacudidas de cabeza pobladas por melenas se intercambian por el vibrar rítmico de unas guitarras vivas, que evolucionan en una composición llena de florituras exactas y bien medidas.

¡Porque de detalles va el asunto! Harto ya de tener que saborear continuamente los mismos patrones y las similitudes tonales, DGM procura un divertimento plural y heterogéneo, la lucha interna de melodías arrasa con la simpleza y redundancia comunes en el entramado dado con los instrumentos básicos. Pizcas de electrónica, ambientación oriental, intermitencias rítmicas, desarrollo vocal y ambiental pensados como un todo.

La ductilidad de Mark Basile permite el disfrute de las caricias técnicas de su voz, una presencia sonora que encaja con hermetismo en cualquier fragmento, manteniendo una afinidad embellecedora. Tres cuartos de lo mismo con las guitarras, que en un inicio comienzan con la agradable ejecución de riffs más clásicos y con tendencia al melodic power, pero la energía inestable de la banda permite un nudo progresivo que tiene en cuenta el álter ego bruto y potente del metal actual, sin caer en unas influencias muy notorias y sesgadas; por lo tanto, el éter del progressive se mantiene intacto pero refresca al oído experto, excitando con nuevas ideas y fortificándose con el virtuosismo que desprenden los integrantes.

Piano y guitarras al mismo nivel en todo el disco, con contrastados picos de intensidad pero dinámicos en toda su ejecución. Estimulando emociones con suma facilidad, logran sorprender con sus inmediatos arranques tras las pausas deliberadas, un intercambio incesante de planteamiento rítmico y melódico, siempre explotando nuevos sonidos y alejándose de cualquier tipo de leitmotiv, cada pieza de este disco exhala personalidad propia; mientras que Fabio Constantino interviene con pleno dominio con su batería, el impulso nervioso de sus beats está a la par que el resto en cuanto a exactitud se refiere, con sus matices incorporados con precisión en la producción.

Con 11 temas en su versión original el valor del álbum ya resultaba difícil de medir, pero en la versión japonesa, de la cual estoy hablando, nos regalan una canción a mayores, la versión acústica de “Animal”, y esto hace aún más redondo el disco, dándonos una despedida agradable que endulza un trabajo irrepetible. Señores, yo me quito el sombrero.

 

Tracklist:

  1. The Secret (Part 1)
  2. The Secret (Part 2)
  3. Animal
  4. Ghost of Insanity
  5. Fallen
  6. The Passage
  7. Protrait
  8. Daydreamer
  9. Dogma
  10. In Sorrow
  11. Animal (Acoustic version)

 

DGM son:

Mark Basile – Voz
Fabio Constantino – Batería
Andrea Arcangeli – Bajo
Simone Mularoni – Guitarras
Emanuele Casali – Teclados

 

Nota: 9.5/10

Review realizada por Nui