Cincuenta minutos, cuatro temas, esto es “Pànik Sagnant”, disco de Entropia que la opinión de Fernando Acero ha llevado a ser nuestro Disco de la Semana.

¡Descúbrelo ya!

 

 

Mi devoción por la experimentalidad suele saltar incluso por encima de las barreras del sentido común. Y en ese sentido, sé que no puede ser muy justa la valoración que dé; el criterio de originalidad suele primar bastante cuando he de valorar a una banda en las reseñas de mi jurisdicción. Me sume en el ostracismo la mediocridad compositiva, y es algo que sencillamente no sé evitar. Reconozco que hay grandes músicos curtidos en sonoridades muy estándar, y a todos ellos siempre les guardaré la mayor de mis simpatías; sin unas bases sólidas, no hay experimentalidad que valga un duro, está claro.

Lo cierto es que me resulta incluso excitante ver a bandas que se arriesgan tantísimo como Entropia. El caso de los catalanes es excepcional. Y digo excepcional en dos sentidos: por el maravilloso sentido de la composición de sus temas y, sin duda alguna, por mi incapacidad por establecer parecidos con nada que conozca. Surgidos en 1994 en un estilo a medio camino entre el hardcore punk y la psicodelia, la complejidad sonora de este peculiar conjunto les ha conducido a la senda de lo que ellos denominan Anarkosatanisme katalonian brutal drone doom art antifa. O traducido a lengua romance, una salvaje mezcla entre black doom metal, post-metal, art rock y drone que sencillamente hace saltar la tapa de los sesos, todo ello aderezado con un siniestro concepto que reflexiona sobre temáticas anarquistas, comunistas y satánicas. Un cóctel que difícilmente causa indiferencia, se tome por donde se tome.

Pànik Sagnant, álbum que hoy ocupa estas líneas, es una fascinante muestra del universo simbólico de Entropia. Más de cincuenta minutos de música contenidos en cuatro cortes de una duración muy prolongada que, sin embargo, se resuelven con una eficiencia magistral, dándole un aire volátil a estos temas de densidad prominente. La factura tímbrica es la baza fuerte de la banda, y “Lament XIX” es una muestra evidente de ello. Con una breve introducción – bastante sobria – en guitarra acústica, el tema recae en una delirante tiniebla de guitarras y bajos de altura muy grave. La narración de una voz gutural realiza una desoladora reflexión nihilista sobre la sociedad actual en lo que podríamos considerar un enorme páramo estructural en el que lo único que dota de coherencia a la composición es una letra escrita en castellano antiguo.

“Tel De Greix” sigue trabajando texturas de una densidad similar en el apartado de las cuerdas, pero utilizando un sonido mucho más abrasivo, como si se tratase de un muro de esquirlas. En este caso, la pieza es algo más breve, pero la variedad de recursos se evidencia en unas guitarras de mayor variedad rítmica – lo cual queda difuminado por la lentitud extrema del doom practicado por esta banda. La exasperante esfera de opresión se ve coronada por una fantástica letra inundada de metáforas sombrías sobre lo que parece la ilusoria persecución de las utopías.

El tema de apertura, “Lament XIX”, cuenta con un reprise posterior denominado “Lament XIX (Acústic)”, el cual parece ser el contrapunto sonoro del álbum. Se trata de un interesante doom folk de cierta tendencia progresiva que amalgama interesantes elementos como el uso de voces guturales susurrantes o una particular armónica que dota de un aire melancólico a este inquietante trabajo. Un punto de excelencia que brinda a este Pànik Sagnant el aura propia de las piezas maestras.

El monstruoso ocaso de este CD llega con la majestuosa “Konjur De Creació MMXIV”, una pieza que destaca por el particular uso de un tétrico violín interpretado por Marta Ponce, artista invitada en este álbum. Las tristes melodías de las cuerdas se empalan con los gruesos tentáculos de unas guitarras distorsionadas hasta puntos demenciales, creando así un bello contraste tímbrico idóneo para reflexionar sobre el estado de apatía al que nos conduce la sociedad actual de forma sistemática. Su outro de más de cinco minutos de duración cierra de forma trágica este intensísimo trabajo a base de doom, drone y post-metal.

Entropia es una banda cuyas fórmulas no dejan indiferente a nadie. Su peculiar estilo se refleja de forma magistral en este Pànik Sagnant, que constituye un verdadero templo de la oscuridad en un panorama en el que la experimentalidad vanguardista tiende a brillar por su ausencia. Su original concepción de la música les valdría el hecho de pensar que probablemente es uno de los mejores discos que haya podido escuchar en mucho tiempo. Sí que es cierto que la ambigua producción sonora que se plantea lleva a puntos de una gran confusión, pero creo que precisamente por ello se trata de un álbum a tomar muy en serio. Álbum imprescindible para todo aquel amante del metal extremo y la música experimental.

Tracklist:

  1. Lament XIX
  2. Tel De Greix
  3. Lament XIX (Acústic)
  4. Konjur De Creació MMXIV

 

Entropia son:

Karkassa: Voz y guitarra
Selrak: Voz y bajo
Inmä & Morwen: Bailarines y coreógrafos; aparecen exclusivamente en vivo
Marta Ponce: Violín; artista invitada

 

Nota:9’5/10

Review por Fernando Acero.