El pasado sábado día 13 acudimos a la Sala 0 de Madrid para disfrutar de la presentación de "Ruido Orgánico", el nuevo disco de Rēptile. Un prometedor concierto junto a Black D.O.G. que hoy nonamed nos relata.

¡No os perdáis esta crónica!

 

Puedo decir que el concierto del pasado 13 de noviembre en la sala Cero de Madrid fue un concierto improvisado. Pero mejor os pongo en situación.

Estaba yo tranquilamente en casa cuando de repente recibo un correo con una invitación a un concierto de un grupo llamado Rēptile. Como uno es curioso, se puso a escuchar el primer disco de la banda, de título "Ruido Orgánico". Y cuál fue la sorpresa cuando descubrí que el que cantaba era Daniel Sánchez, el que fuera vocalista de una de las bandas que me rompieron mis esquemas en el lejano 2006, Litio. Suficiente para hacer hueco en la noche del sábado e ir a disfrutar de los madrileños.

Pero junto a ellos se presentaban Black D.O.G. una banda de rock americano con aires grunge. Esto sucedía a las 21:00 exactas y aunque no es un estilo que me favorezca, no lo hacían mal. Canciones propias como "Shadows", "It’s Time" o versiones como "Lullaby" eran interpretadas por la banda capitaneada por Javier Jódar. El público, aunque escaso, por fin podía disfrutar de un concierto de pie y la sala llena de amplitud nos auguraba una gran noche, aunque el sonido no fuera lo mejor que hemos escuchado.

Poco antes de las 22:00 aparecían Rēptile sobre el escenario. La banda venía de agotar entradas en el concierto de presentación de hace unos meses. Por parte de los músicos, desde el primer momento, se nota que van sobrados de experiencia. El público ya se había animado a salir de casa por este entonces, y en especial un señor en el lado izquierdo del escenario, comenzaba a saltar y corear temas como "Bumerán", "Cartón Piedra", su último single o "Adriana Desesperación". Tuvieron bastantes problemas técnicos, y la voz fue de menos a más, aunque puedo asegurar que fue todo un disfrute. Me paseé por diversas zonas de la sala para comprobar el sonido y reconozco que donde mejor estaba era en primera fila. Y ojo, porque recomiendo encarecidamente a este grupo.

A las 23:00 se acababa el show. Habían sido dos horas de música en directo y de pie, y era algo que se echaba mucho de menos. Poco a poco la cosa parece que regresa a lo que debería ser normal. La temporada de conciertos ya ha comenzado y las salas madrileñas se vuelven a llenar del calor de las notas musicales.

Dales una oportunidad y si no te convencen, dales otra.

Crónica y fotos: Nonamed