El pasado sábado tuvo lugar en Madrid la primera edición del festival Escena Rock, un festival nacido con la intención de reivindicar la escena heavy nacional, en el que actuaron Lépoka, Dark Moor, Leo Jiménez, Saurom, Ñu, Warcry y Obús.

Aquí os dejamos la crónica de una estupenda noche.

 

Después de unos días previos al festival con cierta polémica debido al precio de las bebidas y los criterios de acceso al recinto, y tras alguna rectificación por parte de la organización, la música terminó por convertirse en la auténtica protagonista en el festival Escena Rock.

Llegamos al Ifema con la actuación de Dark Moor ya en marcha y lamentablemente nos perdimos a Lépoka, la banda de folk metal procedente de Castellón que fue la encargada de abrir el festi.

Durante la actuación de los madrileños Dark Moor el recinto ya presentaba más de media entrada, a pesar de que el sonido no fue el más óptimo. La gente disfrutó del buen hacer de Dark Moor sobre el escenario, con un genial Alfred al timón llevando al resto del grupo a muy buen puerto. Para finalizar nos ofrecieron "La canción del pirata" que todo el Ifema cantó junto a la banda que se despidió tras una merecida ovación. 

Llegaba el turno de Leo Jiménez y su banda, cuarenta minutos en el que no concedieron ni un pequeño respiro. Comenzaron dando cera con "La era de la individualidad", "Con razón o sin razón" y "Misantropía". A pesar del poco tiempo del que disponían en esta ocasión, creo que todos agradecimos los dos temas que se marcaron de la etapa de Leo en Saratoga: " Vientos de Guerra" y "Maldito Corazón", que hicieron subir muy mucho la temperatura del pabellón. Sin duda un tipo con la trayectoria de Leo Jiménez se merecía tener su espacio en un festival como el Escena Rock.

Los gaditanos Sauron fueron la siguiente banda de la noche, aprovecharon al máximo los sesenta minutos de actuación asignados para conectar con el público y dar un buen repaso por su discografía, apoyándose en una muy cuidada puesta en escena. Migue, Joselito, Santi, Narci, Raúl y Antonio, con la colaboración de Juan Garrido al violín, lograron recrear un ambiente mágico sobre el escenario que se fue propagando por todo el recinto. Temas tan festivos como "El saltimbanqui"," Noche de Haloween" o "El carnaval del diablo", hicieron que el público disfrutara al máximo de su actuación, que finalizaron por todo lo alto con "La taberna".

La noche continuaba avanzando y el pabellón 1 del Ifema presentaba un aspecto magnífico, cuando al filo de las diez de la noche, comenzaba la actuación de Ñu. Dos letras que son historia viva del rock nacional, detrás de las cuales está un genio como José Carlos Molina, que tras cuarenta y cinco años sobre los escenarios se encuentra en un momento de forma envidiable, como demostró de nuevo en el Escena Rock, además en la actualidad está acompañado por una gran banda compuesta  por Manolo Arias y Luis Calzada a las guitarras, César Sánchez al bajo, Vesko Kountchev a la viola, Oscar Pérez a la batería y Juan Miguel a los teclados, que logran dar una nueva dimensión a los clásicos de Ñu de toda la vida. En el Escena abrieron con "Nuevos himnos para viejos guerreros" y "No hay ningún loco", un set-list plagado de clásicos en el que no podían faltar temas como "El tren", "El flautista " y para finalizar su actuación como mandan los cánones sonó "Más duro que nunca".

Llegaba el momento más esperado por la mayoría del público presente, un momento histórico y agridulce, la última actuación de los asturianos Warcry antes de su anunciado parón indefinido. La banda capitaneada por Víctor García salió a darlo todo desde el inicio, comenzaron con "Luz del norte" y "Contra el viento, con la habitual y espectacular puesta en escena, no era noche para escatimar en llamaradas que estuvieron presentes en los momentos más épicos del concierto. Con la banda pletórica, un público entregado y el mejor sonido de todas las bandas, avanzaba el concierto con temas como "Alma de conquistador", "Nuevo mundo", "Quiero oírte" o la rabiosa "Ardo por dentro".

El tema sorpresa de la noche llegó cuando Víctor anunció que habían incluido una versión para esta noche, se refería a "Aquí estaré" de Avalanch, toda una declaración de intenciones. "Cobarde" el tema contra la violencia machista tampoco podía faltar, "El amor de una madre" con una desgarradora interpretación a cargo de Víctor, dieron una pequeña tregua a una audiencia que vivía el concierto muy intensamente. Pronto volvieron a subir los decibelios con los himnos "Así soy" y "Tú mismo", con todo el pabellón cantando los estribillos en perfecta comunión con la banda. Tristemente ya se acercaba el final, pero aún quedaba tiempo para "El trono del metal", "El guardián de Troya" y una emotiva "Hoy gano yo", con la que se llegaba al final de un magnífico y emotivo concierto que supone un fin de ciclo para los asturianos.

Para los que aún continuaban con ganas de fiesta, que eran muchos, aún quedaba la actuación de otro de los nombres históricos del rock nacional, los incombustibles Obús que saltaban al escenario al filo de la una de la madrugada, hay que recalcar que se cumplieron los horarios anunciados por la organización durante todo el festival, cosa que siempre es de agradecer. Fortu se adueñó del escenario para repasar un buen puñado de temas claves en la discografía de Obús y del rock patrio, como "Necesito más", "La Raya", "Te visitará la muerte" o "Autopista", pero sin dejar de lado su último trabajo que lleva por título "Con un par", del que sonaron temas como "Whisky con hielo", "No me lo digas más" o "La mosca", que funcionan muy bien en directo y no desmerecen para nada a los clásicos de toda la vida.

 Fortu quiso presentar a la banda y dejar un espacio para el lucimiento de sus compañeros, sobre todo para el batería Carlos Mirat, que después de marcarse un solo con la cabeza tapada con una toalla, nos deleitó haciendo percusión con una valla mientras que Fortu le seguía el ritmo con la batería. Ya en la recta final sonaron "Prepárate", "Vamos muy bien" y la pegadiza "Sangre de Rock and Roll", que sirvió para cerrar su actuación y poner el punto y final a la primera edición del Escena Rock, un festival que ha logrado cumplir con creces las expectativas a todos los niveles, tanto organizativos, como artísticos y de asistencia, con un público de varias generaciones que disfrutó y llenó el pabellón como en los tiempos más gloriosos del heavy metal nacional.

Crónica y fotos: NachoGS