Cerramos hoy nuestro repaso al Rock Imperium Festival con nuestra crónica de la última jornada del festival, en la que disfrutamos de Kiss, The Winery Dogs, Skid Row, Lordi, Elegant Weapons, Salduie, 91 Suite, Frozen Crown y Rainover.

¡No os la perdáis!


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El domingo era el día en general más esperado del festival, marcado por la despedida de los escenarios de Kiss en nuestro país. Comencé el día en el tercer escenario, donde los murcianos Rainover estaban ya descargando su metal gótico con su vocalista Andrea Casanova cantando muy bien, apoyada por los guturales del también bajista Antonio Perea. Llegué a ver tres temas de su repertorio: "Cycles", presentado como el favorito de su primer disco y "Vertigo" y "Lumina Omnia", ambos de su álbum más reciente. Sonaron bien y fue una buena forma de inaugurar el día.

Frozen Crown tocaron en el Cartagena Stage ante los no muchos presentes que se estaban achicharrando allí, y es que el calor el domingo era aún más intenso que los dos días anteriores. Los italianos presentaron su power metal con temas como "Far beyond", "Call of the north" o "I am the tyrant" en un concierto sin nada destacable, ni para bien ni para mal, me pasaron un poco desapercibidos.
Tras ellos 91 Suite, que ya tocaron el año pasado, saltaban al escenario sustituyendo a Nestor, que fueron baja de última hora por enfermedad de su cantante. 91 Suite tocaron a un volumen excesivo su AOR marcado con canciones como "Starting all over", "All for love" o "Give me the night", aunque no terminé de ver su concierto para acercarme al escenario Festivales Región de Murcia.

Otros con el volumen a todo trapo fueron Salduie, que reunieron a bastante gente en la carpa y animaron mucho el cotarro, pogos incluidos. Su estilo épico cantable (tanto será que tienen tres vocalistas) gustó bastante y la gente lo disfrutó. Repasaron temas de todos sus discos como "Tvrma sallvitana", "Caraunios", "Carus de Sekaiza", "Los fuegos de Belenus", "Descarnatio" y "Numancia", quedando "Hidromiel" sin tocar por falta de tiempo. Buen concierto.

Seguía pegando el sol y Elegant Weapons, con Richie Faulkner al frente y Ronnie Romero, Christopher Williamns y Dave Rimmer, salieron a presentar su álbum debut "Horns for a halo". Ronnie cantó muy bien, estuvo simpático e incluso bromeó con su situación personal en España que ya se solucionó, preguntando si había algún policía cerca para esconderse. De su álbum cayeron algunos temas como "Blind leading the blind", "Horns for a halo" o "Dirty pig", que se me hizo un poco larga. También hubo un recuerdo a UFO con la versión "Lights out" y a Black Sabbath con "War pigs", con la que se despidieron definitivamente. Me gustaron bastante Elegant Weapons.

Turno para Lordi, banda muy influenciada por Kiss como comentó Mr Lordi y que saltaban al escenario debajo de sus trajes de monstruos con el sol aun calentando, a buen seguro sufrieron de lo lindo. De hecho, el vocalista estuvo todo el concierto sacándole el dedo corazón al sol y diciendo que le estaba "jodiendo de verdad". Lordi hicieron un amplio set que comenzó con "Dead again Jayne" y "The riff", apando como otras nuevas como "Lucifer prime evil" y otras más antiguas como "This is heavy metal", que hacía mucho tiempo que no tocaban. Para cerrar un buen concierto dejaron dos temas de sus inicios: "Would you love a monsterman" y "Hard rock Hallelujah, que todos estaban esperando y sirvió como remember de aquel Eurovisión de 2006.

The Winery Dogs eran uno de los platos fuertes del día. El trío formado por Mike Portnoy, Billy Sheehan y Richie Kotzen demostraron que son unos musicazos, aunque todo lo buenos que tienen lo tienen de sosos también, especialmente Richie, que apenas se dirigía al público. Richie cantó muy bien y me sorprendió ver que toca sin púa, primera vez que veo a un guitarrista tocar una eléctrica con los dedos. "Captain love" me gustó mucho, aunque fue un concierto bastante monótono en cuanto a emociones. Se despidieron con "Elevate" quince minutos antes de su hora indicada. ¿De verdad es tan difícil ajustarse al tiempo programado en un festival?

El parque del Batel estaba a rebosar para la última actuación de Kiss en España, marcando claramente el día de festival con más asistencia de público. Con imágenes del backstage empezaría un concierto, o más bien un show, milimetrado y con una producción enorme. A parte de las cuatro figuras de los músicos a los lados del escenario, contaron con pantallas led adicionales, mucha pirotecnia, humo, confeti y plataformas con pantallas que subían y bajaban a los músicos a diferentes alturas a lo largo del show. Con la caída del telón iban bajando Gene Simmons, Paul Stanley y Tommy Thayer desde lo más alto en sus plataformas a ritmo de "Detroit Rock City". Como decía, el show de Kiss está perfectamente estudiado para que siempre pase algo y no dejes de mirar, ya sea con la tirolina de Stanley y cantando "Love Gun" en una plataforma en la torre de sonido y luces o con Simmons interpretando "God of Thunder" a una altura brutal después de escupir sangre. Hasta en los solos pasan cosas.

Estoy convencido de que todas las posiciones tocando, discursos y demás está perfectamente ensayado y es igual en todos los shows, y la banda lo ejecuta a la perfección. Salvo un duelo de guitarristas que se me hizo un poco excesivo, el concierto se me pasó volando. Se iban alternando el micrófono Simmons y Stanley en temas como "Deuce", "I love it loud", donde Gene escupe fuego, "Calling Dr Love" o el clasicazo "Lick it up". Al final del show era Eric Singer el encargado de cantar "Black Diamond" desde la batería y "Beth" al piano, para dar paso  tra dos horas a dos canciones imprescindibles en la historia del rock como son "I was made for lovin´ you" y el final de fiesta con "Rock and roll all nite", con globos hinchables, lluvia de confeti, pirotecnia sin parar, etc. El show de Kiss es un espectáculo que merece mucho la pena ver, aunque si cumplen su palabra, ya no lo verás más en España. Fueron los más esperados, dieron el mayor show de todo el festival y se marcharon triunfadores y con sus fans contentos. Impresionantes.

Tras la espantada general, Skid Row cerraban de manera definitiva el festival con un concierto marcado también por el alto volumen. Erik Grönwal (ex HEAT), que lleva en la banda desde el año pasado, salió con mucha actitud a comerse el escenario y mostró una actitud macarra e intensa todo el show. Bastante pronto cayó "18 and life" y la banda iba alternando temas viejos con otros nuevos. "Slave to the grind", "Big guns", "Not dead yet" o la version "Psyco therapy" cayeron entre otras antes del cierre final con "Youth gone wild".

Se terminó la segunda edición del Rock Imperium, un festival del que esperaremos noticias de ediciones siguientes y que a buen seguro se afianzará en Cartagena como uno de los más importantes del país. En términos generales, me quedo con la buena organización, la limpieza de baños e instalaciones y, musicalmente hablando de lo que pude ver, con los shows de Headon en el escenario pequeño y Helloween, H.E.A.T y Kiss en los principales. Gracias por leer, ¡hasta otra!

Crónica: Luis Martín
Fotos: Rock Imperium Festival y Luis Martín