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El pasado sábado 18 de octubre Carlos Escobedo estrenó su disco en solitario "Solitud" en la sala Porta Caeli de Valladolid junto a Gran Tráiler. Una noche muy especial que no quisimos perdernos.
¡Aquí os dejamos la crónica de Luis Martin!
Recuerdo el primer concierto de Carlos Escobedo con el proyecto "En estado puro" hace ya tres años en Toro. Fui a ver a qué sonaba aquello y salí encantado, tanto que he repetido todas las veces que he podido y hasta la fecha ya son seis veces las que he visto un concierto de Carlos en acústico. También deseé que el proyecto tuviera continuidad, y vaya si lo ha tenido. El pasado sábado 18 de octubre era el primer concierto tras la publicación de "Solitud", el disco en solitario de Carlos ligado a "En estado puro".
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Diría que algo menos de un centenar de asistentes fueron los que se dieron cita en la sala Porta Caeli, donde abría la velada el grupo zamorano Gran Tráiler, a los que he tenido oportunidad de ver varias veces atrás. La última fue un concierto eléctrico en un teatro de Valladolid, y ahora tocaba un acústico en una sala; a priori al revés de lo que uno podría esperar. Para quien no los conozca, Gran Tráiler son un grupo de rock con aire sureño formado por tres hermanos y un sobrino que tiene dos álbumes en el mercado, el último de ellos con el propio Escobedo como productor. Comenzaron su concierto de manera muy animada con "La grieta" y "Donde el río se enfurece" a base de guitarras, bajo, armónica, percusión (cajón, pandereta y shaker), coros y voces.
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El concierto estuvo muy entretenido y muy cercano, con su cantante Aldo muy simpático con el público, entre los que estaban amigos de la banda asiduos a sus shows. Siguieron con dos de sus mejores canciones, la balada "3,2,1" y "Marineros de la tierra", en la que reivindican su tierra de origen. Completaron con "Indígena", "Lugar equivocado", y "Ésta no es mi canción". Comentaba Aldo que le iban a dejar a Carlos al público bien calentito y cumplieron la misión, ya que lograron una buena participación. Muy bien Gran Tráiler.
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Casi ni 5 minutos de descanso y ya teníamos a Carlos Escobedo en el escenario. Primero salieron sus acompañantes, Raúl Perona al piano y Charly López al violín y viola para empezar con "Vulcano" y "Blancanieve". Cierto es que Carlos acaba de sacar un disco en el que hay versiones y temas propios, pero el grueso del repertorio fueron temas Sôber, especialmente en el primer bloque del concierto. Carlos ha sabido "desnudar" el sonido de su banda a un ambiente mucho más íntimo y sentimental y hay canciones que en esta faceta son auténticas maravillas, como "Mañana", "La escalera", "Eclipse", con Aldo de Gran Tráiler invitado o "Nostalgia", esta última de Savia. "Eternidad" fue una de las mejores recibidas y hay otras que por su propio peso no pueden faltar como "Arrepentido" o "Diez años". Bien es cierto que hay otras que no me convencen así, hablo de "Vulcano" y "Loco", demasiado suavizadas y ralentizadas y que para mí, pierden su esencia.
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En el capítulo de versiones pudimos escuchar "Lucha de gigantes" de Antonio Vega y "La luna me sabe a poco" de Marea. También dejó Carlos lucirse a sus compañeros para presentar sus proyectos personales. El primero fue el de Raúl, que interpretó a piano y voz "Un final mejor" de Flores del Infierno, un momento realmente mágico en el concierto. "Un final mejor" es de esas canciones preciosas que logró un silencio sepulcral en la sala para escucharlo. Tanto Charly como él hacen un papel excelente en el concierto con sus coros e interpretaciones, pero yo tengo predilección por Raúl, si tenéis ocasión no le quitéis el ojo de encima. El siguiente fue Charly, que cantó "Gritarle al mar" de Bon Vivant, para la que se unió el propio Escobedo en su parte final. Un gran gesto de Carlos dejar que la atención se centre en sus compañeros también.
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Aunque sin duda, el punto álgido del concierto fue "Inmerso", un baladón presente en "Solitud", que era la primera vez que se tocaba en directo y les quedó fenomenal. Tanto, que recibió un aplauso larguísimo al terminar, haciendo que los músicos se emocionaran y Carlos tuviera que pedir por favor parar para poder continuar sin llorar. El final del concierto lo marcaron "Agua para tu sed" de Savia, "Loco" y la inevitable "Náufrago", tras la que se despidieron después de dos horas y un generoso repertorio con la sala a sus pies. Si tenéis oportunidad de ir a verlo, haceos ese favor. Es un concierto diferente, tranquilo y más que satisfactorio.
Crónica y fotos: Luis Martín
