El sábado 29 de marzo, Alquimia, el nuevo proyecto de Alberto Rionda, se presentó por primera vez sobre las tablas de un escenario. Fue en la sala Acapulco de Gijón y allí estuvo FelipeSM, para no perder detalle y relatarnos hoy lo ocurrido.

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Mucho tiempo había transcurrido desde que un concierto generase tanta expectación como hizo la puesta en marcha del nuevo proyecto de Alberto Rionda, Alquimia. Gracias a dicha curiosidad y al gran disco editado por la banda, la sala Acapulco presentó una más que buena imagen, con unas trescientas personas aproximadamente (posiblemente más). Gracias a la curiosidad, a su disco y a un nutrido sector del público que se vino de Galicia, Cataluña, Murcia… En definitiva, era una noche para no defraudar.

Comenzó la noche pasadas las nueve y cuarto con “Mutus Liber” dejando paso a “El Lobo y el Arca” y “Dama Oscura”. Apenas habían sonado un par de temas y un sonriente Israel anunció la llegada del primer clásico básico de la discografía de Alberto Rionda. Las manos del guitarrista volvieron a ejecutar “El Ángel Caído”, un tema clave del concierto, ya que todos nos encontrábamos evaluando a la banda, pero sobre todo a su vocalista. Israel comenzó un poco flojo, correcto en los temas propios de Alquimia, pero quizás un poco nervioso en los éxitos de Avalanch. Esta fue una sensación que el vocalista se encargó de disipar, pues su confianza ganaba enteros según iban cayendo temas como “La Penitencia del Noble”,  “Claro de Luna”, “Aliento” y “Divina Providencia”. Tal fue, que para cuando la banda acometió “Pelayo”, Israel ya tenía al público de su parte y ofreció su mejor versión. Para rematar con el vocalista, su actuación fue correcta, de menos a más en el apartado vocal, aunque le faltó rematar la faena con su presencia escénica, un poco falta de fuerza. Un aspecto a mejorar, que sin duda irá puliendo concierto a concierto.

Mientras tanto, el que demostró que es un animal de directo fue Rubén, incansable intentando motivar al público, tocando el bajo por encima de su cabeza, moviéndose por todo el escenario... cubriendo esos huecos que quedan al solo tener la banda un guitarrista. Pues si bien Alberto ofreció un concierto de altura a las seis cuerdas y se le vio disfrutar del mismo, ya sabemos que no es de prodigarse en carreras o paseos por el escenario.
Otro que también me gustó mucho en directo fue Chez, muy animado, perfecto en sus teclados y con unos coros que aportan la profundidad que las líneas vocales de Israel necesitan en directo. En cuanto a Leo, a pesar de estar correcto en su labor no terminó de convencerme, su solo en “La Cuna del Arce” fue bastante accesorio, más aún para los que no somos fans de los mismos, y quizás fuese percepción mía, noté algunas baterías cambiadas en algún tema de Alquimia y sobre todo en el repertorio de Avalanch. Aunque esto probablemente haya sido una decisión del grupo.

Con “La Fuente Dorada” llegábamos al décimo tema de la noche y el grupo decidió sacar todo su arsenal, “Antojo de un Dios” y “La Llama Eterna” fueron ejecutadas con un gran nivel por parte de Israel y si bien fueron disfrutadas por el público, palidecieron cuando “Xana” comenzó a sonar. Este corte sirvió para confirmar la progresión del vocalista y para que el grupo se retirase a camerinos dejando al público con ganas de más.

Regresó solo Alberto Rionda para agradecer a los fans su presencia y ofrecernos con el apoyo de Chez el himno “Santa Bárbara” y el tema instrumental “Cábala XIII”. Gran momento de una noche que no había dado aún lo mejor de sí.
Los teclados de Chez introdujeron “Torquemada”, celebrada y disfrutada por todo el público mientras era ejecutada con maestría por toda la banda. Gran susto el que nos llevamos al comienzo del tema, cuando el equipo de sonido hizo un amago de silenciarse. Pero la gente de Radical Tour Sound controló la situación (al igual que el estupendo sonido de toda la velada) y “Sacrificio” continuó con la exhibición de Alberto a las seis cuerdas. Se fue la banda del escenario con “La Morada del Alquimista”, en perfecta comunión con su público y  con la sensación de haber aprobado con nota el primer examen.

Los más entusiastas hablarán de uno de los mejores conciertos del año, otros más negativos, dirán que fue una mala elección de temas en cuanto a las canciones de Avalanch. Servidor no opina de ninguna de las dos formas. Y es que lo que yo vi el pasado sábado en Gijón fue la semilla de lo que puede ser la próxima gran banda del metal nacional. ¿Hay ajustes a realizar? Por supuesto, hay detalles que el grupo pulirá con cada el rodaje en directo, incluso estudiar la incorporación de un segundo guitarrista a la formación para darle un plus a su sonido sería algo a tener en cuenta por la banda. Pero lo que está claro es que Alquimia quiere pisar fuerte y sabe cómo lograrlo.

Alberto, lo has vuelto a hacer.

Crónica y fotos: FelipeSMwww.smfelipe.es