Kinnia en Madrid

El pasado domingo 16 de marzo tuvo lugar en Madrid un concierto muy especial de Kinnia. Una noche cargada de folk y aires irlandeses en la que la banda despidió a su vocalista por todo lo alto.

¡No os perdáis la crónica y fotos de Lucía Barcenilla!


Como ya es habitual en la fiesta de San Patricio, asistimos al tradicional concierto de la banda de folk madrileña, Kinnia, en esta ocasión en la sala Moby Dick de la capital. A las 19.00h, puntualmente se abrieron las puertas mostrándonos un gran recibimiento de bienvenida cortesía de una banda de percusionistas y gaiteros que nos introdujeron al ambiente irlandés de la fecha.

Después, a las 19.30h con la sala a rebosar, se apagaron las luces y comenzó a sonar una intro la cual preparó el terreno para iniciar el espectáculo. Desde el primer integrante en salir, Arturo haciendo una voltereta para llegar a su batería, hasta el último, Pablo Merchante levantando el puño; una vez todos en el escenario daba inicio el concierto con "The Road" con muy buen sonido, seguida de la tradicional "Raggle Taggle Gypsy" y "Witches compass".

Kinnia en Madrid

Y es que, así suelen ser los conciertos de Kinnia, combinando canciones tradicionales de folk con composiciones propias. Un ejemplo fue "Grace O´ Malley", que narra la historia de la mujer pirata con el mismo nombre, lo que dio lugar a que una parte del público nos sentáramos en el suelo y comenzásemos a remar al ritmo de la canción.
Como ese, tuvimos muchos más momentos diferentes y especiales, como fue el detalle de Jezabel al dejar su violín por un breve instante para tomar unas unas telas de baile rojas, haciéndonos una pequeña demostración de ello ondeándolas hacia nosotros, introduciéndonos en el ambiente oriental que tenía el siguiente tema: "The Tower" donde Pablo Merchante además de sus dotes de cantante todoterreno, nos regalaba un movimiento de caderas que retaría al mismísimo Elvis Presley a volver a la vida.

 Kinnia en Madrid

No todo puede salir perfecto y durante un momento del show se dieron unos pequeños problemas de sonido, disimulados entre Arturo y Pablo que improvisaron la canción "Rosas" de La Oreja de Van Gogh, la cual por supuesto toda la sala conocía y contribuyó con sus voces.
Al solucionar esos pequeños problemas del directo, se presentó a Javier Santoyo, quien colaboró con su aerophone en varias ocasiones a lo largo del concierto en canciones como "The Lark in the Morning", "Chicago Jig", "Cooley´s Reel" o "Rokatakc" entre otras.

Kinnia en Madrid

Sonaron otras canciones que a titulo personal son de mis favoritas, como el homenaje al juego dragones y mazmorras "Gambling with the dwarves" y" Margorie Mccall" que nos cuenta historia de la mujer que, por el valor de su anillo, murió una vez pero fue enterrada dos.
A continuación, Pablo pidió que para su última vez cantando "Wings of Liberty", se encendiesen las linternas y mecheros que hubiese en la sala, creando ese ambiente emotivo que merece la canción.

Al terminar, para romper esa atmósfera relajada, Pablo y José Frías (gaita en mano) decidieron envolver en una conga a toda la sala mientras sonaba la mítica "An Dro" y luego terminar con todos los asistentes envueltos en globos al tirmo de "Step it out Mary".

Kinnia en Madrid

El concierto pasaba volando, con una conexión e interacción constante que Pablo como buen frontman que es, aprovechó para invitar al público a golpear el suelo al son de "The Wellerman" y formar un círculo, con todos unidos de la mano para bailar "La Danza del Oso". Desde ese momento no hubo lugar a descanso, pues rápidamente sonaba una de sus más populares canciones "Drink for the fallen" donde toda la sala coreó junto a la banda, demostrando que la conocían perfectamente, ocurriendo lo mismo con la siguiente, "Músico de Calle", canción del grupo Saurom que fue cantada de principio a fin por los que allí estábamos, al igual que la "Mi Gran Noche", de Raphael, ideal para definir lo que estaba siendo esa fecha.

 Kinnia en Madrid

Sin embargo, nada superará la verdadera razón por la cual muchos estábamos allí: la separación de los caminos entre Pablo Merchante y Kinnia, lo que el cantante reflejó en un cariñoso y emotivo discurso de agradecimiento por lo que han sido sus 7 años en la banda, dejando claro que la música por supuesto es su motor de vida, arropado entre una ola de aplausos y merecidos vítores a su nombre, haciendo evidente que no le vamos a perder la pista, pues tendrá todo nuestro apoyo, justo y merecido en sus próximos trabajos.

Kinnia en Madrid

Finalment, y a pesar de no querer que el concierto terminara, las dos horas de show concluyeron a lo grande con la canción "Drunken Sailors", cantada por todo lo alto como suele acontecer en todos los conciertos de la banda.

Crónica y fotos:  Lucía Barcenilla